Esos bellos ojos de un país futuro
Por Luis Carranza Torres
Pareció en esa
noche tucumana un conjuro del destino. Una fecha: 10 de julio de 1816. El
lugar: El salón de la casa del gobernador Bernabé Aráoz, engalanada de fiesta. Se
celebraba, nada menos, que la declaración de independencia de las Provincias
Unidas de Sudamérica, pronunciada el día anterior.
Es allí que se
encuentran, acaso para siempre. En un espiral de luces, armonías, guirnaldas de
flores. Entre coloridos vestidos de pollera amplia, con visos y cinturas
encorsetadas, uniformes cargados de medallas, faldas y faldones al vuelo de la
música, afectados al baile tras los sones de la mínima orquesta de fortepiano y
violín.
Manuel la ubica entre
el alegre bullicio de voces, risas, jirones de frases perdidas. María Dolores
Helguero Liendo, una piel de mármol enmarcada por oscuros tirabuzones poblados
de cintas en el cabello. Una belleza norteña apenas llegada a mujer, que lo
mira como ninguna otra antes. Oculto, a medias, el rostro por un abanico con
flores pintadas.
Es una mirada que a
Belgrano, por segunda vez comandante del Ejército del Norte, le quita de súbito
las preocupaciones que han poblado todo
el día su cabeza. La de asegurar la supervivencia de ese nuevo país, de un solo
día de vida, sin recursos, con un ejército exhausto, con enemigos por todas
partes y sin apoyo de nadie. Se peleará, se sufrirá y se morirá mucho antes de
volverlo viable.
Pero esa noche ve
en esas pupilas jovencísimas y vivaces, los mismos sentimientos que él. El
vencedor de muchas batallas se deja entonces vencer por esos ojos oscuros,
profundos, reveladores. Unos en que tienen la misma aprehensión por el futuro
que tiene él. Pero en los que también, el único miedo que campea es el miedo a
dejar de llevar a cabo aquello que se desea por temor. Tal como a él le pasa. En
tanto camina hacia donde está, percibe en ella un deseo de ser feliz a pesar de
todo, en contra de todos, al que no puede negarse.
Pues, a fin de
cuentas, la Patria se reduce a eso: aquel lugar entrañable, el sitio donde podemos
ser felices.
Cuento realizado en el marco de InspirARTE Microrelatos llevado a cabo el 5/8 de diciembre de 2020. Cuatro a cargo de Ceci Testa. Frase elegida: Nos miramos