El Mauser modelo argentino

 


por Luis R. Carranza Torres

  

               Fue en su tiempo uno de los mejores fusiles del mundo. Y en no pocas opiniones, el mejor fusil de su época.

      El Mauser 1909 Modelo Argentino es un fusil de repetición de uso militar calibre 7,65 x 54 mm derivado del afamado Mauser 1898, utilizado por las Fuerzas Armadas de Argentina desde su adopción en 1909 hasta fines de la década de 1950, en que se lo reemplazó por el fusil de asalto FN FAL.

    Con motivo de su centenario en 2009, diversas revistas y publicaciones especializadas a lo largo y ancho del mundo. Una de las más prestigiosas de ellas, la estadounidense Guns&Ammo, en su artículo titulado “Model 1909 Argentine Mauser”, aclara directamente debajo del título: “To many collectors, this superbly made bolt-action military rifle represents the crown jewel of all Model 98 variants”.

       No es poco decir: el mejor entre los mejores.

      No es una opinión aislada, ya que muchos autores lo ven como el mejor fusil Mauser militar, por calidad de los materiales usados en su fabricación y la terminación y ajuste de sus piezas.

     Entre ellos, el célebre autor en materia de armas Colin Webster, que le dedicó nada menos que un libro al tema: "Argentine Mauser Rifles 1871-1959" (Schiffer Publishing Ltd., ISBN 0-7643-1868), considerándolo como “el mejor fusil del mundo” de la época.

   Dicha calidad, y terminación, aun cuando respecto de los fabricados en Alemania, respondieron a un concepto e idea totalmente argentina, que perfeccionó una de las armas mas “perfectas” de su tiempo, lo cual no es sino un motivo de orgullo.

         Es que como casi toda arma que sobresale, el del Mauser argentino modelo 1909 tenía antecedentes “familiares” no menores.

    Los fusiles Mauser fueron creados en la fábrica alemana de armas Mauser-Werke Oberndorf Waffensysteme GMBH, fundada por los hermanos Wilhelm y Paul Mauser en 1872 en Oberndorf am Neckar, Alemania.

         Ambos hermanos revolucionarían el armamento militar de su tiempo, al crear el sistema de cerrojo que haría famoso su apellido como marca distintiva de un tipo de fusil confiable, longevo y certero.

            Ubiquémonos en el contexto del avance de las armas de su tiempo: Al aparecer la “cartuchería metálica”, es decir al haberse logrado una munición que tuviese todos sus componentes (proyectil, carga y cartucho) componentes integrados, incluido lo necesario para su ignición, las armas largas comenzaron a cargarse por detrás del cañón de forma más rápida que con la avancarga. A partir de tal momento, los esfuerzos de diseño se encaminaron a conseguir la repetición, que es la capacidad de almacenar varias municiones dentro del arma y poder dispararlas sin tener que reponerlas luego de cada deflagración.

El primer sistema en lograrlo fue el de palanca Winchester. Pero en 1892 los hermanos Mauser desarrollaron su sistema de cerrojo que, aunque no fue el primero (su compatriota Dreyse había desarrollado el concepto ya en 1840), sí fue el que se demostró más fiable y acabado.

En diciembre de 1871, el reino de Prusia adoptaba oficialmente el fusil Mauser en sustitución del Dreyse al considerarlo sencillo, fácil y barato de fabricar y robusto, entrando en producción a principios de 1872.

No tenía el grado de desarrollo de los modelos posteriores, siendo un arma primitiva, ya que sólo se le podía disparar tiro a tiro y carecía inicialmente de expulsor, por lo que el soldado que lo usaba, para poderlo cargar de nuevo, tenía que ladearlo para que cayera la vaina del cartucho. Pero a pesar de todo ello, el fusil Mauser 1871 fue un verdadero éxito. Y al subsanarse tales aspectos posteriormente, en 1884, dieron inicio a una leyenda en el campo de la fusilería.

En dicho año, al Mauser 1871 se le agregó un depósito tubular con capacidad para ocho cartuchos y un elevador del tipo Winchester 66. Al adoptarse por el ejército imperial alemán, se le dio la denominación de Mauser 71-84.

Aunque se intentó, no hubo quien pudiera superar el sistema en los ítems de almacenamiento, alimentación, percusión y fiabilidad. Durante los siguientes años el diseño evolucionaría con los modelos .91 .93, .95, .96 y .98, hasta convertirse con éste último en un mecanismo tan cerca de la perfección que, se entendía no podía ser superado.

Desde el punto de vista mecánico el Modelo 1898 constituyó la cúspide en el proceso evolutivo de los fusiles Mauser de cerrojo, ya que todos los modelos posteriores sólo le diferirían en su longitud y en detalles menores, muchas veces solicitados por los propios usuarios.

Eso, hasta que en poco más de una década, los militares argentinos demostrarían que era posible “perfeccionar lo perfecto”.

 

Mauser 1909 Modelo Argentino

Datos técnicos

 Diseño: 1909

Período de servicio operativo: 1909 hasta fines de la década de 1950.

Fabricantes: Deutsche Waffen und Munitionsfabriken (DWM) en Alemania y Fabricaciones Militares (FM) en Argentina.

Versiones: Fusil de infantería, carabina de caballería, carabina de ingenieros, carabina de artillería y fusil de francotirador.

Cantidades producidas (aproximadas): 163.000 fusiles de infantería (sólo en Alemania, desconocida la cifra en Argentina) otras fuentes, sin distinguir, hablan de una cifra global, entre adquiridos y fabricados, en torno de las cantidad adquirida y fabricada: aproximadamente 210.000 unidades; 24.000 carabinas de caballería; 10.000 carabinas de ingenieros; fusil para francotirador y carabina de artillería no verificados.

Peso: fusil de infantería: 4,05 kg (sin sable bayoneta y con almacén vacío); 4,56 kg (con sable bayoneta y almacén vacío); 4,17 kg (sin sable bayoneta y almacén lleno); 4,68 kg (con sable bayoneta y almacén lleno)

Peso del sable bayoneta: 515 grs

Peso individual de la munición vaina: 192 grs

Peso de la vaina: 27 grs

Peso del proyectil: 13 grs

Peso del cargador: 6 grs

Longitud: 1250 mm sin aditamentos y 1.648 mm con sable bayoneta el fusil de infantería; 1060 mm sin aditamentos la carabina de ingenieros; 1050 mm sin aditamentos la carabina de caballería.

Longitud del cañón: 740 mm (fusil de infantería)

Munición: 7,65 x 54

Calibre: 7,65 mm

Sistema de disparo: Cerrojo de accionamiento manual

Cargador: Almacén tresbolillo para 5 cartuchos (sueltos o en peine)

Alcance máximo: en torno de los 3.800 metros (con 28º a 32° de elevación).

Longitud de la línea de mira: 642 mm

Graduación máxima del alza: 2000 mts

Velocidad del proyectil: 635 m p. Seg (a 25m de la boca del fusil, con el cartucho de guerra reglamentario).

El proyectil da en el primer segundo: 2540 vueltas

Poder de perforación en metales: a 50 m: plancha de acero Krupp ordinario, de 10 mm; a 125 m: plancha de buen hierro laminado de Suecia, de 8 mm; a 250 m; plancha de buen hierro laminado de Suecia, de 5 mm.

Poder de perforación en madera: a 100 m: 1 m 080 de abeto; a 300 m: 0 m 736 de abeto; a 900 m: 0 m 332 de abeto; a 1200 m: 0 m 228 de abeto; a 2000 m: 0 m 140 de abeto.

 


En 1890, la República Argentina decide adoptar el rifle Máuser como principal arma de Infantería. El modelo elegido fue entonces el Máuser Modelo 1891, con un calibre de 7,65 mm. En dicha decisión, como en la ulterior compra, intervino el entonces teniente coronel (luego llegaría a Teniente General) Pablo Riccheri.

Es que, en 1886, los franceses, gracias al invento de la pólvora sin humo por Vielle, habían logrado aplicar a su fusil Lebel del cartucho de pequeño calibre (para la época) el 8 x 50 mm. R. dejaban anticuados a todos los demás, junto con sus municiones correspondientes.

Debía, pues, actualizarse los arsenales en cuanto a la novia del soldado se refería.

El excelente desempeño del Máuser Modelo 1891, sumado a las lecciones de su experiencia operativa en las Fuerzas Armadas Argentinas, hizo que, a principios del siglo XX, se gestionara en Alemania una versión que capitalizara las enseñanzas que su uso había dejado.

Las mejoras se realizan sobre el modelo Gew 98, al que además se lo dota del mismo calibre que se venia utilizando con el Máuser modelo 1891. Nacía de tal forma el Máuser Modelo Argentino 1909.

Aunque las primeras compras se realizaron en el país de fabricación, la FMAP (Fabricación Militar de Armas Portátiles), dependiente de la DGFM (Dirección General de Fabricaciones Militares) pronto comienza su producción en serie, la que seguiría hasta 1962.

Inicialmente fabricado por la DWM de Berlín, Alemania, lo fue también en Argentina por la Dirección General de Fabricaciones Militares, en la Fábrica Militar de Armas Portátiles "Domingo Matheu", sita en la provincia de Santa Fe; y en España por la Fábrica de Armas de Oviedo, para el Ejército Paraguayo, con planos provistos por Argentina.

La carabina de caballería originalmente no tenía engarce para bayoneta. Pero en los años 1926/27 se envían a la firma Fritz Werner de Alemania para modificarlas y colocarle soporte para bayoneta, pudiendo a partir de dicha modificación, colocarse la bayoneta estándar del Mauser 1909.

            Los cambios que la Comisión Militar de Armamento enviada a negociar con la firma DWM (Deutsche Waffen und Munitionsfabriken, antiguamente Ludwig Loewe), firmó el 20 de enero de 1909 el respectivo contrato para un fusil de repetición con cargador fijo para cinco cartuchos, en calibre 7,65 x 54mm, acción a cerrojo y miras abiertas.

            Elaborado sobre la base del Mauser 1898, los cambios más importantes que solicitó la Comisión fueron:

             1º) El cañón fue construido con acero al volframio. 

2º) El cerrojo puede cerrarse con el almacén vacío (en los otros modelos debe bajarse el elevador con la mano para poder cerrar el cerrojo). 

3º) Se modificó el retén de la base del almacén, a fin que no pudiera abrirse ante una caída accidental o mal uso. 

4º) El procedimiento de apertura de la base del “almacén” necesariamente debe realizarse en dos movimientos para abrir la base del almacén, en lugar de uno solo. 

5º) El alza, estando su corredera regulada para la distancia menor (300 metros) que su modelo inspirador, no puede levantarse. 

6º) El resorte "W" (algunos la denominan como teja elevadora en “M”; todo depende de cómo se lo mire al mismo, supongo) del elevador, queda trabado en la base del “almacén”, para que no se caiga al abrir el mismo.

 

Como puede verse, tales adiciones, si bien no innovaban respecto del sistema de cerrojo en sí, suponían dotar al arma de una confiabilidad superior en su uso, aventando la posibilidad de fallos y accidentes en su uso.

Por otra parte, las modificaciones al arma estuvieron en directa relación con la posibilidad de aprovechar al máximo las nuevas prestaciones de las municiones de elevadas prestaciones, por lo que el concepto que se manejó en la práctica, fue la “incorporación de lo que hoy se denomina un sistema de armas”, como se expresa en la nota al respecto de la revista argentina Magnum del mes de agosto de 2009.

 

 

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SOBRE EL AUTOR DE LA NOTA: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El Corazón de la Espada (2020), Germánicus. Entre Marte y Venus (2021), Los Extraños de Mayo (2022) y La Traidora (2023). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y como autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.



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