La carta de San Martín sobre las Malvinas

 




Por Luis Carranza Torres

Se trata de una misiva que San Martín le escribió desde Mendoza el 14 de agosto de 1816 al ministro de Guerra en Buenos Aires, coronel Antonio Beruti.

La misma fue comprada por el gremio de los diplomáticos argentinos en 1988 en una subasta en Londres, y luego donada a la Cancillería, cuyo original sigue en poder del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

Desde agosto de 2014 una copia es exhibida en el Museo de Malvinas e Islas del Atlántico Sur en la ciudad de Buenos Aires. 



El por entonces coronel mayor San Martín, gobernador intendente de Cuyo y General en Jefe del Ejército de los Andes, se encontraba en la plena tarea de reclutar hombres para remontar los efectivos de dicha gran unidad militar para poder cruzar los Andes e iniciar su campaña libertadora.

Por ello es que escribe tal misiva al ministro de guerra.

Un detalle curioso de la historia: no existía en el ejército de las provincias unidas el grado de general, sino de Brigadier, como actualmente en la Fuerza Aérea Argentina. El grado de coronel mayor, creación revolucionaria, pertenecía a la categoría de los oficiales superiores y era el inmediato anterior de éste. 

San Martín no sería ascendido a Brigadier sino después de la batalla de Maipú. 

En la misiva del Libertador, respecto de los condenado por penas militares, "con el objeto de hacer útiles al Estado estos individuos... retrayéndolos de sus pasados extravíos, los conduzcan por las sendas de la probidad y honor con provecho de la causa pública”, le pide al ministro de Guerra en Buenos Aires que «disponga que todos los de alta clase que se hallen presos en esa jurisdicción de su mando sentenciados a los presidios de Patagones, Malvinas u otros sean remitidos a esta capital con copias de sus respectivas condenas y a la mayor seguridad posible comprendiendo también en ellos a los desertores contumaces en este delito».




Ello, por "resultar conveniente al puntual cumplimiento de esta revolución". La necesidad de soldados para terminar de completar los efectivos del Ejército de Los Andes, era la causa de tal pedido. Para ello, el Libertador había echado mano a todos los medios. Redención de esclavos, cumplimiento de penas en el ejército, incorporar emigrados chilenos, leva de gentes sin oficio, a lo que sumaba la medida pedida en la carta. 

La pena de presidio era más gravosa que la que se cumplía en simple "penitenciaría". 

consistía "en la sujeción a trabajos forzados y constantes sin compensación, en los establecimientos militares destinados al efecto", trayendo aparejado la degradación militar, más la inhabilitación para cargos público por la mitad del tiempo de condena, a contar desde el cumplimiento de ésta, así como la interdicción civil que hace al penado inhábil para la administración de los bienes y lo somete a las disposiciones respecto de los incapaces. 

Si bien en Malvinas nunca hubo un presidio o cárcel, sí se enviaba allí a personas condenadas por delitos a cumplir con su condena, permaneciendo allí en condición de reclusos.



Su texto muestra a las claras, a la par del conocimiento de San Martín sobre los territorios que integraban las Provincias Unidas, la efectiva y pacífica administración de tal territorio por las autoridades luego de la independencia de España. Un antecedente no menor a la hora de fundamentar los reclamos de soberanía sobre el particular y entender que la acción inglesa de 1833 no se verificó sobre una "res nulius" ni un territorio disputado por nadie. Se trató, pura y simplemente, de una apropiación por la fuerza. 

Otro dato curioso es que por esa época, 1816, empezaba desde Buenos Aires a denominarse a los habitantes de las provincias unidas como "argentinos". Una denominación que pronto sería la del propio territorio. 

No es el único antecedente que muestra el ejercicio de soberanía, relacionado a las penas de presidio: Otro remite al 28 de febrero de 1810, cuando se pronuncia sentencia contra Isidoro Zegarra y José Ximenes por parte del brigadier Goyeneche, comisionado por el virrey Cisneros, a seis años de presidio en las Islas Malvinas.

Dichas sentencias fueron oficializadas y publicadas en Buenos Aires por la Imprenta de los Niños Expósitos. Luego de acaecida la Revolución de Mayo, el 15 de junio de 1810, la Gazeta de Madrid publicó un fragmento del fallo dictado por Goyeneche, donde se remitía a los condenados a las Islas Malvinas.

El 29 de diciembre de ese año, Ximenes Pintado, agradeció al gobierno de Buenos Aires por haber sido liberado de su destino en las Malvinas. Manuel Moreno recordó el antecedente en una publicación editada en Londres en 1812, donde cumplía funciones para el gobierno revolucionario.

Pruebas, todas ellas, de los derechos soberanos de la República Argentina respecto de tal territorio. Al que desde finales de la década de 1980 se le suma además, la contribución de San Martín, impensada al ser redactada pero crucial en el presente. 

Fuentes: 

Barcelona, Eduardo, "En una carta histórica, San Martín mencionó en 1816 a las Malvinas como territorio argentino", TELAM 29-04-2017 17:40 - DOCUMENTO.

República Argentina, Código de Justicia Militar para el Ejército y la Armada, Compañía Sud-Americana de Billetes de Banco, Buenos Aires, 1898, disponible en Biblioteca de la Corte Suprema de Justicia, Número de Orden 2998, ubicación K 15. 


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