El corazón y la grandeza de un padre

 


Por Luis Carranza Torres

En el primer día del año de 1928, el matrimonio de Charles De Gaulle e Yvonne Vendroux, tuvo a su tercer hijo. Fue en Tréveris, Alemania, donde Charles era comandante del 19º batallón de Cazadores a pie del Ejército Francés, estacionado allí como parte de los acuerdos que dieron fin a la primera guerra mundial.

Se trató de una niña, a la que llamaron Anne, y que se sumaba a Philippe y Elizabeth, nacidos ambos en Paris en 1921 y 1924 respectivamente.

Pronto se advirtió que la más pequeña de la familia tenía Síndrome de Down. En una época en que se la trataba casi de una enfermedad vergonzante, y que condenaba a la persona que la poseía por lo común al ocultamiento de todos, los De Gaulle asumieron el hecho de modo público, abierto y sin pesar alguno. Ambos eran profundamente católicos, aunque no participaban de las tendencias extremas de dicha religión. Por caso, a su hijo Philippe se lo mandó a estudiar a un colegio religioso a Bélgica, porque los existentes en Francia le parecían extremos en sus ideas.

Fue de tal forma que Anne, a diferencia de muchos otros, de casi todos en su situación y su tiempo, no fue internada en un colegio o convento de monjas, donde se la cuidaría a resguardo de todas las miradas, siendo visitada por la familia en el mejor de los casos, algunas veces al año. Anne fue recibida y creció en el seno de la familia sin ningún tipo de reservas, y plenamente integrada a la vida en común. Pronto, se transformó en la debilidad de su padre. Charles De Gaulle era de ordinario, una persona poco demostrativa, aun en el seno de su propia familia, y era un padre riguroso con Philippe y Élisabeth; pero con Anne se mostró siempre muy abierto, cariñoso y extrovertido. Jamás tuvo resquemor alguno en mostrarse en público con ella, contra la costumbre de la época.

Desatada la segunda guerra mundial, cuando Francia cayó en poder de los alemanes en 1940, la familia debió huir a Inglaterra. El derrotismo, la vergüenza y el bochorno se había apoderado de casi todos, cuando el recién ascendido general De Gaulle habló por los micrófonos de la BBc en Londres, asumiendo el liderazgo de una "Francia Libre" que seguiría en la contienda contra Alemania, aun cuando el nuevo gobierno francés hubiera firmado un armisticio con ellos.

Se trataba de asumir un liderazgo de la nada, sin apoyos ni fuerzas militares. No pocos en su propio país, partidarios de conciliar con los germanos, lo tildaron de traidor. Pero De Gaulle les demostró a todos que podía aglutinar tras de sí a todos los franceses que no aceptaban la ignominiosa derrota asestada por los panzer de Hitler. Muchos años después, en 1969, un entrevistador le preguntaría de dónde había sacado el coraje, la resistencia, y la visión para determinarse a  luchar por su país, con todo prácticamente en contra. Sin vacilar, el general respondió: "Fue el amor de Anne de Gaulle".


Vino luego de la guerra, el tener que presidir el gobierno provisional de reorganización nacional, hasta 1946, y del que se alejó frustrado por las desinteligencias entre los distintos grupos políticos. Los líderes franceses volvían a las andadas, peleando entre si por el mero poder personal, como antes de la guerra. Y Charles no quería tomar parte de algo que ya había visto. Se retiró de la política, y se dedicó a escribir y estar en familia.

Cada año nuevo era particularmente especial en él, ya que festejaba el cumpleaños de su hija Anne. Pero el 6 de febrero de 1948, un mes y seis días después de cumplir veinte años, Anne de Gaulle falleció de una bronconeumonía en la casa familiar de Colombey-les-Deux-Églises. Desconsolados, los De Gaulle enterraron a su miembro más joven en el cementerio del pueblo cercano a su residencia. Al terminar la ceremonia, un Charles visiblemente conmovido, le dijo a su  desconsolada esposa Yvonne:

"Maintenante, elle est comme les autres" (Ahora, ella es como los otros).

Sobre su tumba hizo plantar una Cruz de Lorena, el símbolo que había él adoptado, de la resistencia de Francia frente a toda adversidad. Y declaró el deseo de que, a su muerte, ser enterrado junto a ella.

Semanas después de la muerte de su pequeña, ante una pregunta de Maurice Schumann respecto si la enfermedad de ella lo había afectado en algo como padre, Charles De Gaulle le respondió: "Era incurable y eso la hacía aun más querida".

En ese mismo año, en octubre de 1948, junto a  su esposa Yvonne adquirió el Castillo de Vert-Cœur en Milon-la-Chapelle, en Yvelines, con dinero prestado a cuenta de los derechos de autor de sus memorias, a fin de establecer allí  un hospital privado para las chicas jóvenes con síndrome de down, a través de la "Fundación Anne de Gaulle", en memoria y recuerdo de su hija.

El 22 de agosto de 1962, vuelto a la presidencia de Francia, y en medio de una crisis política y social que amenazaba con sumir al país en el caos, Charles de Gaulle sufrió un atentado a su vida. Uno mas, de todos a los que estuvo expuesto a lo largo de su carrera pública. En esta ocasión, la bala mortal fue detenida por el marco de una fotografía de su amada  Anne, que siempre llevaba consigo.

Charles de Gaulle murió en noviembre de 1970, y  fue enterrado como era su deseo en el Cementerio de Colombey al lado de Anne. A ellos se sumaría en 1979 Yvonne de Gaulle, fallecida en París.

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NOTICIA DEL AUTOR: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El corazón de la espada (2020) y Germánicus. Entre Marte y Venus (2021). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.  




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