Día del animal: Las razones detrás de una fecha




Por Luis Carranza Torres
Especial para el blog.


 No es muy conocido el por qué en nuestro país se celebra el 29 de abril como Día del Animal. Menos aun que tal fecha, muy sentida para todos quienes apreciamos a esos seres que nos llegan tanto al alma, resulta una efeméride ligada a nuestra historia nacional, a sus tiempos de organización institucional, y a un hombre que sostuvo sus ideas en la materia con toda firmeza.

La razón detrás de la fecha es el compromiso con el buen trato a los animales que llevó adelante Ignacio Lucas Albarracín, abogado, secretario primero y presidente luego de la Sociedad Protectora de Animales, impulsor de leyes y medidas protectivas durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX. 

En suma: un gran pionero en el país en la lucha por los derechos de los animales. 

Fue también uno de los primeros vegetarianos, en cuanto a la alimentación, y quizás por lo que luce de sus escritos personales, sus convicciones en la materia llegaran a lo que hoy denominamos veganismo.

 Había nacido en la ciudad de Córdoba el 31 de julio de 1850. También allí cursó sus estudios y obtuvo en su Universidad Nacional su título de abogado. 

Integró la  Sociedad Argentina Protectora de los Animales desde su conformación en 1879, secundado como secretario a su presidente, Domingo Faustino Sarmiento. Luego lo reemplazó en tal cargo a partir del año 1885. 

Fue de los primeros en pronunciarse y abogar en contra de las riñas de gallos, la doma de potros, corridas de toros y tiro a la paloma. Actividades, todas ellas, no solo socialmente aceptadas sino muy bien vistas. 

Impulsó la sanción de la Ley Nº 2786 de Prohibición de Malos tratos a los Animales, aprobada el 25 de julio de 1891 y conocida popularmente como "Ley Sarmiento". 

Como puede verse, a la par de una sociedad que se organizaba institucionalmente, materializando los dictados de la Constitución Nacional de 1853, de una generación, la "Generación del Ochenta" que sacaba al país de su atraso para llevar a los primeros puestos del desarrollo mundial, también a nivel social se organizaban instituciones intermedias, no estatales, con visión social, como fortalecimiento de esa sociedad civil en ciernes. 

En 1904 fundó el periódico "Zoófilo Argentino", con el fin de promover los derechos de los animales, publicación que duró un cuarto de siglo.

Entre diversas gestiones en la Sociedad Protectora, pidió se realizaran hospitales veterinarios públicos y gratuitos, que el respeto animal fuera parte de las currículas escolares, no como materia sino como un eje transversal a todo el proceso educativo y, en los ocupa, que una vez al año se hiciera una celebración en honor a ellos.




Para establecer la fecha se tuvo en cuenta antecedentes de los Estados Unidos, en que un maestro había incorporado como efeméride el Día del Ave con el fin de estudiar a las mismas en clases y de Inglaterra, en donde su Iglesia tenía el Domingo del Animal, una fecha anual vinculada a la protectora de animales The Royal Society. 

La propone en  1905, sugiriendo como posible escenario el Jardín Zoológico de Palermo, idea que entusiasmó a su director,  Clemente Onelli, que había agregado un aspecto didáctico al zoológico, al implementar paseos en ponis, elefantes y camellos con gran respuesta en el público. Como por el celo de los animales no podía celebrarse en primavera, la fecha debía ser en otoño o invierno.

Esta es la historia del Hombre y del por qué de la fecha. 


NOTICIA DEL AUTOR DE LA NOTA: Luis Carranza Torres nació en Córdoba. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El corazón de la espada (2020) y Germanicus. Entre Marte y Venus (2021). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires.


Dos guerreros que toman caminos separados.
El mejor general de Roma y su peor enemiga pirata son también dos amantes que se separan, que se pierden en los caminos que los alejan de Roma.
Tienen no pocas cuentas a saldar entre ellos. Pero no menos que aquello que se han propuesto llevar a cabo. Por Roma, en un caso. Para destruirla, en el otro.
Amantes y guerreros, enfrentados por el lugar que cada uno ocupa en la sociedad,
que anhelan estar juntos sin que importe el mundo.
De las frías tierras del limes germánicus hasta las bravías aguas del Nostrum Mare.
Pasión, lucha y traición en la Roma imperial de fines del primer siglo de nuestra era.
Entre Marte y Venus, en ese lugar imposible se libran todas las batallas.


Publio Valerio Aquilio, estrella ascendente del Senado romano, ha sido enviado a Germania por la ira del emperador que no quiere que nadie pueda hacerle sombra. Lo que para los demás es un exilio, para Publio se transforma en la búsqueda de su origen. Aunque pierda los encuentros secretos con Kendrya.

Kendrya, gladiadora celta que ha ganado la libertad, también escapa de Roma ante la imposibilidad de un lugar allí: no quiere seguir en las luchas en el Coliseo, no quiere más los encuentros clandestinos con Publio que, además, ha partido. Odia a Roma y a los romanos, por lo que asolar el Mediterráneo con actos de piratería le parece una buena forma de venganza.

Cada uno de ellos, guerreros y amantes, busca un destino al que aferrarse en un mundo convulsionado como una tormenta en medio del mar. Entre las sombras de un imperio decadente y las luces de una cultura, entre el despotismo imperial y la silenciosa revuelta, entre Marte y Venus, Kendrya y Publio libran una batalla imposible con ellos mismos.

Luis Carranza Torres retoma personajes y escenarios de Germanicus. El corazón de la espada en esta novela total sobre la Roma imperial, sobre las costumbres, la historia y la vida del siglo I d. C.


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