Una época de romance, tecnología y espías

 



El suspenso, misterio, romance y acción que se desarrolla en la novela El juego de las Dudas de Luis Carranza Torres se enmarcan en un contexto histórico real.



Novela ubicada temporalmente en el año de 1970, El Juego de las dudas a lo largo de sus páginas detalla los esfuerzos de su protagonista masculino, el empresario e inventor Simón Heredia, por desarrollar un modelo de microprocesador para volver a las computadoras más pequeñas y al alcance de todos.

Se trata del circuito integrado central más complejo de un sistema informático, al que no por casualidad se lo denomina como el “cerebro” de una computadora, ya que es el encargado de ejecutar los programas, desde el sistema operativo hasta las aplicaciones de usuario.

Hasta los primeros años de la década de 1970 los diferentes componentes electrónicos que formaban un procesador no podían ser un único circuito integrado, era necesario utilizar dos o tres "chips" para hacer una CPU. Reunir todo en único circuito integrado era el gran desafío de la época para la informática, aun en sus inicios.


A las puertas de poder lograr tal desarrollo, Simón sufre una pérdida profunda, la muerte de su esposa. Al cumplir su deseo de tirar sus cenizas en el Arno, en Florencia, descubre, al parecer muy casualmente, una mujer que parece su copia casi exacta. Eloisa es todo cuanto él quiso que fuera su esposa con él, en cuanto cariño y compañerismo. Y en ocasiones se le parece tanto, que Simón comienza a pensar si no es ella en realidad, que ha regresado de alguna forma con él.

La trama muestra las idas y vueltas de una relación pasional desde su primer momento, pero misteriosa en casi todo lo demás. Poco sabe Simón sobre Eloisa, esa mujer que aparece y desaparece de su vida, de orígenes inciertos y móviles aún más oscuros respecto a lo que quiere de él. Debe lidiar con eso, en tanto busca culminar con el desarrollo de su invento, de cuyo resultado depende la supervivencia de su empresa familiar de electrónica en Buenos Aires.

No son pocos los que están interesados en lo que él se halla a punto de conseguir: un circuito integrado capaz de reducir considerablemente el tamaño de las computadoras y potenciar como nunca antes sus prestaciones. Y en ese mundo de superpotencias enfrentadas, a ninguna de ellas, sea los Estados Unidos o la Unión Soviética, el dato les pasa inadvertido. Todos quieren saber qué ha conseguido Simón o se halla a punto de conseguir.

Es que el mundo de ese tiempo se halla dividido en dos bloques ferozmente enfrentados por la supremacía del mundo. Se trata de las últimas fases de la guerra fría, entre el bloque occidental liderado por los Estados Unidos y el comunista dirigido por la Unión Soviética.

Alemania se halla partida en dos, como reflejo de ese enfrentamiento entre una parte occidental pro estadounidense y otra oriental que responde a los soviéticos. El famoso muro de Berlín se erige en su pleno apogeo, cortando en dos a esa ciudad. Es allí donde a Eloisa le han sido enseñadas muchas de sus particulares habilidades.

Se trata de un conflicto muy particular, que supone una guerra sin batallas directas entre sus contendientes. El enfrentamiento entre ambos ocurre solapadamente, principalmente por la acción de sus servicios de inteligencia, teniendo como escenario a terceros países.

Un Volkspolizei de Alemania Oriental, vigila uno de los puntos de cruce entre entre el Este y el Oeste en la ciudad de Berlín.

Es así que la Agencia Central de Inteligencia (C.I.A. por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y el Comité para la Seguridad del Estado soviético, más comúnmente denominado como KGB por la abreviatura de su nombre en ruso (Komitet Gosudárstvennoy Bezopásnosti) libran una lucha implacable que no repara en utilizar a cualquiera que se cruce en su camino, ni repara en ocasionar los daños que sean necesarios para conseguir sus objetivos.

Espías de varios países, una parte central de la historia de las computadoras, las relaciones consabidas dentro de una empresa familiar y el romance con una mujer por demás misteriosa dominan la escena. La prosa fluye a lo largo de sus páginas, develando que nada es lo que parece. Simón sólo puede estar seguro de algo: las dudas que tiene, sobre esa mujer y su propio invento.


La forma de contar la historia se llena de guiños al lector, sorpresas y giros imprevistos, en un relato que lleva un inquietante suspenso en forma ascendente, hasta alcanzar su inesperado clímax y aún más imprevisto final. Pasiones profundas, adversidades, triunfos con sabor a nada y traiciones por demás dolorosas, pueblan un argumento que recrea con detalle los bemoles de la guerra fría en cuanto a la investigación de los adelantos tecnológicos.

“El amor también puede ser una perversión” se lee en su contratapa. Es algo que se refleja en su texto, narrado con una prosa precisa y un manejo de la intriga y los sentimientos interiores de los personajes que ya le han valido a esta novela y su autor, Luis Carranza Torres, ganar en el año 2015 el Premio Leer y Leer en la categoría novela de suspenso.




Un hombre llora la muerte de su mujer en la ciudad en la que la conoció. Está en Florencia, rodeado de recuerdos y monumentos, de calles laberínticas sin sentido, de obras de arte y turistas. Ha viajado desde Buenos Aires para tirar las cenizas de su esposa al Arno; ha decidido cumplir con las disposiciones finales que ella le dejó. Abatido, Simón Heredia regresa al hotel decidido a dormir y marcharse al día siguiente. Entonces la ve: una mujer casi idéntica a su esposa; idéntica a la pareja que él habría querido: igual de bella que la que acaba de despedir, pero más solícita, frágil, compañera. Por un instante, cree que es mentira, que no puede ser cierto, que se trata de una alucinación. Sin embargo, ella es real, se llama Eloisa Manfredi. Y desaparece luego de conocerlo. Así comienza esta impactante novela de suspenso; así comienza un juego lleno de dudas y de elementos sorprendentes hasta la última página, en el que nada es lo que parece; en el que la trama devela un sinnúmero de espejos y de correspondencias; en el que la acción, en plena guerra fría, se llena de agentes y doble agentes que quieren robar un secreto informático que Heredia posee; en el que Eloisa entra y sale de la vida de Simón para sembrar sospechas acerca de quién es y qué quiere; en el que el amor también puede ser una perversión. Con una prosa afilada, con un manejo preciso de la intriga, Luis Carranza Torres construye una novela de suspenso perfecta, que mantiene en vilo al lector y que le ha valido el Premio Leer y Leer.

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