El encierro de Enya







 Eithne Pádraigín ní Bhraonáin, natural de Donegal, Irlanda, más conocida como Enya ha dejado su huella perenne en el mundo de la música. 

Cabe aclarar que el nombre Enya no es un seudónimo como generalmente (y de forma errada) se dice, sino la adaptación a la fonética y la ortografía inglesa (britanización) del nombre femenino irlandés Eithne.

Enya es una artista tan peculiar con su vida como lo son sus canciones. Debutó en 1987 con su primer disco, alcanzado el estrellato casi desde el primer momento. 

«Orinoco Flow» quizás sea uno de sus temas más conocidos y el más representativo de esa época. Es el sencillo de su segundo álbum de estudio Watermark difundido en octubre del año 1988 que se convirtió un éxito masivo en todo el mundo, alcanzando el primer puesto  en varios países.



En 1993, cuando la industria le pedía exprimir aún más su fenómeno, ella decidió parar y tomarse un año sabático. A principios del siglo XXI, tras estar en los top, había desaparecido. 

Volvió con su álbum A day without rain en 2000, que alcanzó la cifra de 16 millones de unidades vendidas. Fue por ello considerada como la artista femenina con más ventas en el mundo de ese año. 

De dichos temas «Only Time», el sencillo de ese trabajo, fue lanzado al siguiente año de nuevo como remix en un nuevo sencillo cuyas ganancias fueron donadas por Enya a las viudas de la asociación de Bomberos Uniformados y a la fundación de niños para ayudar a las familias de los bomberos después de los Atentados del 11 de septiembre de 2001.



Luego pasarían otros cinco años hasta volver a saber de ella con Amarantine, en 2005. 

Tras una década, en noviembre de 2015 lanzó Dark Sky Island, su octavo álbum de estudio, con temas extra en una edición de lujo y otra edición en vinilo. 

El tema insignia de dicha producción fue "Echoes In Rain", difundido el 8 de octubre de 2015 en formato digital.


La última aparición pública de la artista fue en la entrega de los Grammy del año 2017.


 La fortuna de Enya, supera a la de otras grandes de la música como Ed Sheeran o Chris Martin.

Cuando no está con la música, Enya se encierra en su castillo.

No pocos la tienen como una artista de género inclasificable. Confluyen en su música el movimiento del new age, la música tradicional irlandesa y los coros medievales, entre otros aportes. Ello dio por resultado temas totalmente eclécticos que terminaron por vender más de 70 millones de copias en todo el mundo.

Persiguió la libertad desde los inicios. Al firmar el primer contrato con Warner, se las ingenia para incluir una cláusula que le daba libertad creativa total, sin fijar ninguna fecha límite de entrega. 

 No gusta de relacionarse demasiado con nadie: «La música es lo que vende, no yo. Y siempre lo he querido así , porque soy extremadamente celosa de mi  intimidad. Mucha gente podría pensar que es imposible tener éxito sin una vida pública. Están equivocados», declaraba The Times en 1995, estando en la cresta de su éxito. 

Su vida casi siempre ha transcurrido entre su pueblo, Gweedore, donde reside su familia, el estudio de grabaciones, Aigle Records, que fundó junto a Nicki Ryan. 

En 1997 compró en  un pueblo llamado Killiney, localidad cercana a Dublín, por la suma de 2 millones y medio de libras, un castillo estilo victoriano de ocho habitaciones. Lo bautizó, tras reformarlo en su totalidad "Manderley", un recordatorio de la mítica y opresiva mansión de "Rebecca", la novela de Daphne du Maurier  que el genial Alfred Hitchcock llevara al cine en 1940, producido por David Selznick con los protagónicos de Joan Fontaine y Laurence Olivier. 

Desde entonces, ha vivido allí un confinamiento voluntario y algo excéntrico. 

Una constante en las refacciones ha sido reforzar más y más la seguridad con altos muros, sistemas de vigilancia varios, puertas de acero y hasta una habitación de pánico.


 Tiene sus razones para ser una obsesa de la seguridad. En 1996, un fan loco se apuñaló a sí mismo en la puerta del pub que regentan sus padres (Leo's Tavern) con una foto de la cantante colgada del cuello. En 2005, un ladrón entró a robar en el castillo y, a pesar de todas las medidas de seguridad, consiguió llegar hasta la ama de llaves y amenazarla.

"No es que sea la persona más divertida del mundo, no... digamos que no te irías de copas con ella", aseguraba alguien cercano al diario inglés The Sun.

En lo afectivo, Enya asegura que ningún hombre ha conseguido vencer el pulso con la música: "Sí, he tenido... relaciones, pero la verdad es que es difícil encontrar a alguien que acepte no que está en un segundo lugar respecto a la música, sino que necesito dedicarle un determinado espacio en mi vida". Aun cuando lo entienden al principio, eso siempre termina pesando para finalizar la relación. 

Dice que siempre ha disfrutado de la soledad. De niña fue enviada a estudiar música en un un convento por su familia y es allí donde comenzó dicho rasgo de su carácter que ha mantenido hasta el presente. Rehuye de las relaciones en general y del matrimonio en particular. Gran parte de su vida doméstica en un completo secreto. Vive con diez gatos, apenas tiene servicio doméstico y es metódica en su trabajo: cinco días por semana acude a su estudio, compone en invierno y graba en primavera. De lo poco que se conoce es que le gusta dar largos paseos por sus enormes jardines y cuidar de las hijas de Nicki y Roma Ryan, una pareja que la ha acompañado desde sus inicios como cantante y de las que es considerada ‘tía adoptiva’. 

Tan particular como sus canciones, como diría alguien "si no le hace mal a nadie", esperamos seguir disfrutando de sus temas entre los paréntesis de su encierro.



NOTICIA DEL AUTOR: Luis Carranza Torres nació en Córdoba. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El corazón de la espada (2020) y Germánicus. Entre Marte y Venus (2021). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba. 

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