Esos bellos y tan verdes ojos tristes
Por
Luis R. Carranza Torres
En junio de 1984, en el campo de
refugiados de Nasir Bagh, en Pakistán, Steve McCurry toma el retrato de una
joven afgana. El encuentro de ambos sólo dura tan sólo un cuarto de hora, apenas
el tiempo para tomar la foto; no le pide su nombre, pero si apunta su edad:
doce años.
Un
bombardeo soviético a su pueblo, la había convertido en huérfana y le obligó a
irse de su país para escapar de la guerra, y ser una refugiada en Pakistán.
La
verde mirada de esa niña, expresiva como pocas de la impotencia e indefensión
de un ser humano común, que se ha cruzado con un tablero de ajedrez de
poderosos, fue publicada en la portada de la revista National Geographic de junio de 1985, la que se convirtió en una de
las tapas más famosas de la historia de la revista.
Todavía,
por ese entonces, existía
El
presidente Hafizullah Amin no sólo era comunista, sino que dirigía un gobierno
pro soviético en Afganistán. Pero en el Kremlin le habían perdido la fe en su
capacidad de poner en caja a los mujaidines que desde las montañas le querían
tirar abajo toda la estantería de su poder.
Días
antes, el 13 de diciembre,
Comenzaba
de tal forma, un conflicto de nueve años, que se convertiría en el Vietnam de
Tanto
Estados Unidos como China, aprovecharon la volada para devolver gentilezas,
armando a los opositores. El cada vez mayor vigor de los rebeldes y el
advenimiento de
En
tanto, la imagen de la niña afgana tomó vida propia, y fue reproducida en
innumerables publicaciones, convirtiéndose en un símbolo de esas víctimas
inocentes que todo lo pierden en las guerras, donde sea que éstas ocurran y
cualquiera sea el bando que les de inicio, el motivo o el nombre que tengan.
Steve
McCurry, a diferencia de otros, no se desentendió de la persona que retrató, y
comenzó su búsqueda, para saber qué había sido de ella. Dieciocho años durarán
sus indagaciones, salpicadas de datos falsos y rumores tan inverosímiles algunos,
como que la niña era en realidad una modelo, que se había convertido en
profesora de inglés de la familia de Ben Laden, o era agente de
En enero de 2002, y esta vez siendo
el país invadido por una coalición internacional dirigida por Estados Unidos,
se pudo dar al fin con ella. La niña era ahora una mujer de 30 años. Su nombre
era Sharbat Gula (en pashto: شربت گلا) y había
regresado a Afganistán en 1992, tres años después de la retirada soviética. Se
había casado con Rahmat Gul, un año después de la primera fotografía que le
habían tomado en su vida, y que la hizo famosa en el mundo entero. Vivía en una
aldea remota de Afganistán, en la tradicional forma de vida pastún, y era madre
de tres hijas: Robina, Zahida, y Alia.
Nadie
la había vuelto a fotografiar hasta que se reencontró con McCurry y no sabía
que su cara se había hecho famosa. Su identidad fue confirmada al 99,9%
mediante una tecnología de reconocimiento facial del FBI, en la cual fue la
prueba determinante, como no podía ser de otra forma, la comparación de los
iris de ambas fotografías.
Su
historia fue contada en la edición de marzo de 2003 de la revista National Geographic y en un documental
para televisión titulado Niña
desaparecida: misterio resuelto, producido por National Geographic
Television & Film's Explorer.
Pese
a las marcas de la adversidad en su rostro, el poder de conmover de sus ojos verdes
estaba intacto. Prueba de ello es que
Si también dicha Society le abonó a Sharbat, el dinero que bajo las leyes estadounidenses de Copyright, lugar en que se publicó inicialmente la fotografía, le correspondía por la difusión universal de su retrato, es un asunto del que no se ha encontrado noticia alguna.
Publicado en el suplemento Temas del diario La Voz del Interior del domingo 9 de agosto de 2009.
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