La partida judicial de “Gambito de dama”
La partida judicial de
“Gambito de dama”
Por Luis R. Carranza
Torres
La serie "Gambito de dama", que se popularizara a través de la plataforma de contenidos audiovisuales bajo demanda Netflix se basa en una novela de Walter Tevis, publicada en 1983. Narra la vida y pesares de una huérfana llamada Beth Harmon que se convierte en una jugadora experta de ajedrez, personaje interpretado por Anya Taylor-Joy.
Publicada originalmente bajo el título "The Queen’s Gambit" su autor, Walter Stone Tevis, murió en 1984, un año después publicada. No es un escritor muy recordado a pesar de tener dos éxitos cinematográficos de sus seis novelas escritas: El audaz, en 1961, y su secuela El color del dinero en 1986, ambas con Paul Newman en el protagónico y una película de culto en la década de 1970, como fue "El hombre que cayó del cielo".
Gambito de Dama fue su obra menos vendida, pero treinta años después de su publicación, una nueva forma de entretenimiento doméstico la convirtió en un éxito global, superando a cualquier otra de sus adaptaciones a la pantalla grande. Lógicamente, tal éxito propulsó la reedición de la novela original, y en el caso de Argentina, a que se la editara por primera vez.
Sin embargo, no todo es entretenimiento y ficción en la adaptación en formato de miniserie de la novela. Hace pocos días, Nona Gaprindashvili ha demandado a Netflix por los términos en que fuera mencionada en la serie por la suma de 5 millones de dólares. Se trata de una jugadora de ajedrez georgiana que fue la primera mujer en lograr el título de Gran Maestro de la FIDE, la quinta campeona del mundo de ajedrez, de 1962 a 1978, e hizo asimismo una gran contribución para difundir el ajedrez femenino. Al presente, vive Georgia y tiene 80 años de edad.
Una sola escena y unas
pocas palabras bastaron para dar cuerpo al litigio. Solo se la menciona en el
episodio final por parte de un comentarista que se está refiriendo a Beth después
que derrota al gran maestro ruso Viktor Laev, personaje ficticio, en los Moscow
Invitationals: "Lo único inusual en ella, en realidad, es su sexo. E
incluso eso no es único en Rusia. Está Nona Gaprindashvili, pero es la campeona
mundial femenina y nunca se ha enfrentado a hombres". Tras esas
palabras, la cámara enfoca a una mujer en la audiencia que, según la demanda, “obviamente
se supone que es Gaprindashvili”.
En un principio, la
maestra ajedrecista reclamó ante Netflix por tales inexactitudes luego de ver
la serie, pero la empresa no compartió su punto de vista, entendiendo que la
escena era “inofensiva”. Se negó asimismo a ofrecer una retractación, volver a
doblar la voz en off o emitir una declaración pública, como le fuera pedido por
la georgiana.
Ahora, enfrentan una demanda
por difamación pública de 25 páginas presentada, en virtud de la distinta
vecindad de los litigantes, en el Tribunal Federal para el Distrito de Los
Ángeles. Allí se sostiene que "Netflix mintió descarada y
deliberadamente sobre los logros de Gaprindashvili con el propósito fácil y
desfachatado de 'intensificar el drama' al hacer parecer que su heroína de
ficción había logrado hacer lo que ninguna otra mujer, incluida Gaprindashvili,
había hecho".
Sostienen que para
1968, año en el que se desarrolla el episodio, la demandante ya se había
enfrentado a al menos a 59 jugadores masculinos (28 de ellos simultáneamente en
una partida), incluidos al menos 10 grandes maestros de esa época, según se
expone en la presentación, por lo que: La afirmación de que Gaprindashvili
'nunca se ha enfrentado a hombres' es visiblemente falsa, además de ser
tremendamente sexista y denigrante".
Se agrega además que,
por contar con esa información, Netflix no cometió un error, sino que mintió de
forma deliberada, por lo que existe en su conducta "malicia real",
lo cual lleva a la figura de difamación púbica en que se funda el pedido
reparatorio. Se dice además que la mención de Netflix de Gaprindashvili como
rusa, y no georgiana, fue "insultante".
Pequeña digresión: me
quedan mis dudas si vale para fundar una reparación económica, aun en la
amplísima jurisprudencia de daños de Estados Unidos, el error de procedencia
geográfica. Lo que sí, revela es la ignorancia supina en la materia: la maestra
Gaprindashvili nunca fue rusa, sino soviética, cuando Georgia era parte de esa
federación de estados. Pero por esos tiempos, confundir rusos con soviéticos
era moneda común dentro del país del norte, donde siempre estuvieron flojos en
geografía.
En la demanda se argumenta además que la miniserie, vista por 62 millones de personas, causó un daño irreparable a la reputación de su cliente al dar a entender que ella "carecía de las habilidades" para competir contra los hombres. “Por lo tanto, en una historia que se suponía que debía inspirar a las mujeres al mostrar a una joven compitiendo con hombres en los niveles más altos del ajedrez mundial, Netflix humilló a la única mujer de verdad que se había enfrentado y derrotado a los hombres en el escenario mundial de la misma manera", se sostiene en el escrito de interposición.
Entramos aquí, a más del sexismo que puede haber subyacente, en las cuestiones jurídicas que despierta el uso en historias de ficción de personajes reales. Lo que cuenta la serie es ficción, pero los conceptos del juego y varios de los personajes que ahí se mencionan son reales, siendo fiel al ambiente y a los detalles del juego. De hecho, Garry Kasparov, quien fuera el mejor jugador del mundo, fue uno de los asesores de la serie.
Los problemas en el
rubro empiezan cuando uno deja de ser fiel a lo ocurrido y, por cuestiones de
rating o similares, se falsea la historia. No es raro que pase en las novelas,
ni en las películas. Ha ocurrido y se ha judicializado incluso entre nosotros,
pero esa es otra historia.
Una cuestión adicional,
es la poca visualización de un hecho evidente: el machismo en el ajedrez, que
la serie apenas refleja. No son pocos, el maestro Kasparov entre ellos, quienes
afirmaron en su momento que no era un deporte para mujeres. Luego de ser
derrotado en 2002 por una ajedrecista mujer por primera vez, Judit Polgár,
dijo: "Ella tiene un talento fantástico para el ajedrez, pero, después
de todo, es una mujer. Ninguna mujer puede sostener una batalla
prolongada". Luego, claro está, debió disculparse. No sé con quienes
se habrá cruzado Gary, pero los hechos claramente muestran todo lo contrario.
Por eso no sería raro
que la perspectiva de género se instale en este litigio que recién inicia, así
como tampoco debe extrañarse nadie si esto llega a un acuerdo con pacto de
confidencialidad incluido. Sería algo del más puro estilo californiano en el
derecho del entretenimiento.
Publicado el 24 de setiembre de 2021 en el diario Comercio y Justicia. Actualizado para el blog el 26 de setiembre de 2021.
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NOTICIA DEL AUTOR: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El corazón de la espada (2020) y Germánicus. Entre Marte y Venus (2021). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.