Wilbur Smith: Cazador de palomas en Salta


Portada de una de sus varias novelas donde aparecen cazadores, como él mismo.


Por Luis Carranza Torres

Especial para el blog 


Wilbur Addison Smith nació en Broken Hill, una ciudad del centro hoy de Zambia y en el momento de la venida del pequeño Wilbur al mundo, parte de Rodesia del Norte, por entonces un protectorado británico.  

Sus ambiciones infantiles fueron puestas de relieve alguna vez en una entrevista: 

"Yo quería ser un gran cazador blanco, un buscador de oro, o un comerciante de esclavos. Pero entonces, cuando tenía ocho años, mis padres me enviaron a un internado en Sudáfrica. Era el equivalente de una escuela pública británica con duchas de agua fría, golpes y comida podrida. Pero lo que también tenía era una biblioteca llena de libros". 

 Escribió casi todo lo escribible sobre África, sus peligros y sus encantos, desde el antiguo Egipto a los tiempos del Apartheid. Pocos han podido capturar de una forma tan extensa, en decenas de obras enhebradas en varias sagas, casi todos los aspectos de ese continente múltiple.


Smith publicó su primera novela, "Cuando comen los leones", en 1964, y desde entonces ha publicado 49 novelas y vendido más de 140 millones de libros en más de 30 idiomas. La serie Courtney y la serie Ballantynes, ficciones basadas en sagas familiares vinculadas al sur de África, le convirtieron en un autor popular.

A diferencia de su padre, que no leía, "Mi madre amaba los libros, me quedé fascinado por las maravillosas historias que surgieron de esas cosas que tenía en la mano - y empecé a hacerlas yo mismo".

La afición por la pluma se le despertó temprano. También, los logros en la materia llevaron igualmente a corta edad:

"A los 12 años gané el premio a la mejor escuela de Ensayo Inglés. El premio era una copia de Somerset Maugham de 'Introducción a la literatura Inglés y americano moderno. A día de hoy sigo en el estante entre mi colección de obras de Forester y la pequeña urna que contiene las cenizas de mi madre".

Pero también, de vuelta a su hogar rural, la otra parte de Wilbur asomaba también: 

"Maté a mi primer león a los 14 años cuando amenazaba una manada de ganado de mi padre y estaba de vacaciones". 

 Escribiría, años después, en artículo en el diario Daily Mail sobre esa experiencia. Un relato que habla de las vicisitudes de la vida rural en la áfrica de ese tiempo, experiencias a muy corta vida que luego traspasarían al papel en no pocas obras. 

"Una vez mi padre tuvo que defender nuestro rancho de los leones devoradores de hombres, pero hubo otra ocasión en la que los pastores me despertaron por la noche golpeando la puerta. "¡Los leones están en el ganado!". Fui a trompicones a la sala de armas y agarré uno de los rifles de mi padre y una linterna. Mientras corría hacia el corral de ganado, vi que cinco de nuestros preciados rebaños yacían muertos. Con la mala luz no pude ver leones hasta que abrí la puerta y entré al corral. Luego, una leona se levantó de detrás de un cadáver donde había estado escondida. A la luz de las antorchas, sus ojos brillaban amarillos. Ella corrió hacia mí pero mi bala la golpeó en la cabeza. Cuando cayó, una segunda leona cargó contra mí. Disparé instintivamente y ella cayó. Ante eso, un viejo león de crin negra trató de escapar, pero era un asesino de ganado y tuvo que pagar el precio. Le pegué en el hombro y cayó gruñendo y rugiendo. Todo terminó tan rápido que no tuve tiempo de sentir miedo. Solo cuando las tres bestias murieron, mis manos empezaron a temblar". 

  Fue cazador de allí en más y durante toda su vida, a más de practicar la pesca. En todas sus novelas hay cazadores, como lo era él mismo. Se dice que en la vida real cazó más animales que todos los que aparecen en sus obras. 


Parte de esa actividad como cazador, la llevó a cabo en nuestro país. Concretamente en la provincia de Salta. 

Venia en su avión privado lo dejaba en el aeropuerto de Salta. Desde allí Juan, su guía lo buscaba y directo a Las Lajitas, una zona de campos donde pululaba una plaga odiada por los agricultores: las palomas. Atacaban los cultivos de maíz sorgo y otros granos, por lo que se daban permisos de caza para mantener su número dentro de cantidades razonables. 

Por la zona lo recuerdan como una persona que siempre venía sola a cazar, una persona tranquila con mucha experiencia en viajes, bajo de estatura y de pelo blanco ralo en la cabeza.


Llegaba a la ciudad de Salta en su propio avión, en invierno, a cazar palomas durante la temporada de mayo/agosto, a la localidad de Las Lajitas, departamento de Anta en la provincia de Salta.

Vino en dos inviernos seguidos 2004 y 2005, Juan, marido de Viviana la lectora que me refirió la historia, le hizo de guía y traductor en el invierno del 2005, En dicha oportunidad se quedó una semana en el hotel Las Lajitas, hermoso hotel 5 estrellas,  venia solo.

"Tenía muy buena puntería se notaba su experiencia de cazador, se juntaban como 20 cazadores todas de diferentes nacionalidades, cada uno tenía un sector para cazar y gente que acompañaba para servir bebidas y después limpiar el lugar, las palomas las comían o se donaban al hospital de la zona, en zona la paloma son plagas que atacan los cultivos de maíz sorgo y otros granos, odiada por los productores, los campos era uno entre varios de la zona que se llama Río Juramento, en Joaquín González".



Según nos refiere Viviana, era: "Muy generoso con la gente que lo atendía, firmo varios libros para nosotros y otros amigos, y dejo un libro que compró en algún aeropuerto (Inglaterra) antes de aterrizar en Salta. No fue el único, otros famosos cazadores que pasaron por la zona John Dorrance dueño de Campbell Soups de Estados Unidos, Dick Cheeney vicepresidente de Estados Unidos"

No era raro que en una novela de Wilbur apareciera un cazador. O que la cacería se llevara a cabo por una cuestión de mantener el equilibro entre especies que, de otra forma, desbastarían cierto hábitat. 

Probablemente algo de eso le venía de sus viajes a Salta. 

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NOTICIA DEL AUTOR: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El corazón de la espada (2020) y Germánicus. Entre Marte y Venus (2021). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.  







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