Un cuadro revolucionario inacabado

 


Por Luis Carranza Torres

Le Serment du Jeu de paume es un cuadro inacabado del pintor Jacques-Louis David, trabajado entre 1790 y 1794 para retratar uno de los acontecimientos fundacionales de la Revolución Francesa.

Tras la convocatoria a Estados General por el rey de 1789 buscando encontrar soluciones a la grave crisis financiera del reino, el monarca Luis XVI se dio cuenta que había otorgado un auditorio para que se dejaran escuchar voces contrarias al poder real y partidarias de limitarlo por una Constitución. Sobre todo, de parte de la burguesía que componía el denominado tercer estado, ampliamente mayoritario frente a los nobles y clérigos. 

Decidió cortar con tales reuniones, aduciendo un pretexto banal. En vez de solucionar nada, agravó las cosas. Cuando los diputados del tercer estado fueron impedidos el 5 de mayo de 1789 de entrar la sala del Hôtel des Menus Plaisirs donde se celebraban las sesiones por los guardias del rey, aduciendo que estaba en reparaciones, se reunieron por cuenta propia en la sala del jeu de paume de Versalles. Un sitio construido por Nicolas Cretteé en 1686 para distracción de los miembros de la Corte se distrajeran jugando al jeu de paume, un antecesor de los modernos juegos del tenis y la pelota vasca.

Los diputados del Tercer Estado piden que se les deje entrar en la sala de los Menus-Plaisirs. Óleo de Lucien-Étienne Mélingue.

Con la ayuda del abogado Jean-Joseph Mounier, el abate Emmanuel-Joseph Sieyès redactó la fórmula del célebre Juramento del Jeu de Paume, de no separarse jamás y reunirse “hasta que la constitución sea aprobada y consolidada sobre unas bases sólidas”.

Leído por el astrónomo Jean Sylvain Bailly como presidente de la Asamblea, juramento fue votado por casi todos, 576 votos a uno, el del abogado Martin d’Auch. Cada representante firmó a su vez el juramento. En ese estadio de cosas, cuando se le pasó la pluma a Martin-Dauch, éste declaró que sus electores no lo enviaron a insultar a la monarquía y que protestaría contra el juramento. Los otros representantes le recriminaron, pero Martin-Dauch se puso de pie y afirmó que no podía ejecutar ninguna decisión no fuera sancionada por el rey. Era la solitaria reacción de la posición absolutista. El presidente de la asamblea trató de convencerlo que tenía el derecho a abstenerse, pero no a oponerse a los deseos de la mayoría. A pesar de todo esto, Martin-Dauch se mantuvo firme y escribió "oponente" delante de su nombre. A la constatación de tal hecho, siguieron los gritos de indignación. La cosa iba para más, incluidos gritos de "¡Muerte!", pero un alguacil llamado Guillot lo sacó por la puerta trasera y lo echó a la calle poniendo fin a la cuestión.

La Asamblea Nacional se declaró Constituyente. Fue este un acto determinante y una afirmación política de autodeterminación del pueblo llevada a cabo por sus representantes, considerado como el nacimiento de la Revolución francesa. 


David convenció en 1790 merced a unos gravados al Club Jacobino para lanzar una suscripción nacional y poder financiar una pintura que representara el evento. Dos años después se expuso un dibujo a pluma y tinta marrón en el Louvre, quizás para impulsar la suscripción que sólo había conseguido una décima parte del total. 

Frente a esto, la Asamblea Nacional Constituyente decidió financiarla con una mix de fondos públicos y venta de grabados del cuadro. 

En un estudio en el antiguo Convento de Les Feuillants, David comenzó con el trabajo, un lienzo de 4 por 6,6 metros,  celebrando reuniones con los diputados, así como en la cercana sala de la Manège. Pero para 1793, a más que sus ocupaciones como diputado le restaban tiempo al autor,  pero los vaivenes de la política metieron la cola. Varios de quienes debían aparecer en el lienzo habían caído en desgracia y hasta eran considerados traidores a la revolución por el Comité de Salvación Pública de Robespierre y sus amigos. 

El cuadro quedó sin terminar. Dos obras posteriores del autor, La distribución de las águilas de 1810 y Leónidas en las Termópilas de 1814 tienen una inspiración directa en el cuadro. 

En 1820, David cedió los derechos de grabado de Jean Pierre Marie Jazet a Daniel Isoard de Martouret. El lienzo a medio terminar fue adquirido en 1836 por los museos reales para el Louvre, donde se exhibió a partir de 1880.​

El tema también fue tomado por otros pintores franceses que sí acabaron el lienzo, como Auguste Couder en 1848 y Luc-Olivier Merson en 1883.

Aun incompleto, basta con lo realizado para mostrar el momento de modo por demás emocional. Es que a veces por la experticia del autor, aun la mitad del camino bastas para transmitirnos la idea que se quiso culminar. 

Para leer más:


Un hombre triste y una mujer peligrosa


Una época de romance, tecnología y espías


Una novela que se las trae


Vicisitudes de la eñe


NOTICIA DEL AUTOR: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El corazón de la espada (2020) y Germánicus. Entre Marte y Venus (2021). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.  















Lo más leído

Imagen

La foto del 2 de abril

Imagen

La leyenda del Halcón