Don Arturo y las novelas de espías

 


Por Luis Carranza Torres


Detrás de todo buen escritor hay un gran lector. Pocos se atreven a controvertir eso. De allí que cuando uno de los grandes de la letras como Arturo Pérez-Reverte recomienda en un género que es uno de tus favoritos, no queda otra que parar la oreja y escuchar lo que dice. 

Durante una entrevista en el año 2017 excelentemente llevada por la periodista y escritora Berna González Harbour, don Arturo ha brindado no sólo algunos de sus textos favoritos en el género de las novelas de espías, sino sus consideraciones respecto de esa área de las letras. 

En el marco de la sección ¿Qué estás leyendo? de Berna, en diálogo en la biblioteca de la sede de la editorial Alfaguara en Madrid, el escritor confesó que en materia de historia de espías, mira hacia atrás.  Los relatos ambientados en la época actual no le provocan. Por eso, la serie de Falcó (Falcó, Eva y Sabotaje) se ubica en la década de 1930, pues para su autor “los espías de hoy están muy condicionados por la tecnología, mientras que antes eran más artesanales y era muy importante la capacidad del individuo. El paisaje de esos espías pioneros me interesa mucho más”. 

No es son las únicas novelas en que ha incursionado en el género en tal época. El tango de la guardia vieja se desarrolla en una de sus partes, por ese tiempo y con esos aires. De hecho, fue escribir esa parte de la novela que acabó por generar a Falcó. En su artículo sobre "el mundo de Falcó" aparecido en El País Semanal expresaba que: "La idea de escribir sobre espionaje me acompañaba desde hace mucho tiempo, casi desde el principio de mi vida como novelista; pero nunca encontraba el punto de arranque, la trama adecuada. Hace cinco años pude infiltrar algo de eso en unas páginas de El tango de la Guardia Vieja, y lo pasé muy bien haciéndolo. Y a partir de entonces empecé a plantearme una novela —una sola— dedicada al asunto".

Dicho en otra entrevista, también para el diario el País en 2020, para don Arturo, «Le Carré era el titular de la cátedra mundial de literatura de espionaje» pues «Le dio la vuelta al género y lo lanzó a la modernidad de manera que ya nadie pudo escribir novelas de espías sin la autoridad de esa referencia».

Aclara al respecto, en declaraciones hechas con motivo de la muerte de dicho autor que «Había novelas de espías antes de Le Carré: Eric Ambler, Graham Greene, E. Phillips Oppenheim, pero fue la combinación de Le Carré y la Guerra Fría la que elevó lo que antes era novela de aventuras a novela psicológica y de ambiente denso», de quien no duda de confesar que fue su maestro en el género. 

«Por eso al morir John le Carré no es que haya muerto el autor de unas novelas de espías, es que ha muerto el titular de la "cátedra mundial" de la literatura del espionaje. Hasta sus últimas novelas, que al desaparecer el mundo original de Le Carré puede considerarse que perdían interés o mordiente, son un ejercicio extraordinario para el lector, que sabe buscar en ellas la huella eterna del maestro», expresó.

 De una revista rápida a sus comentarios en la materia, es claro que a don Arturo lo ha influido más la novela de espías británica, al estilo de Graham Greene,  Frederic Frederick Forsyth o Ken Follet que el desarrollo en el género en Estados Unidos con Robert Ludlum o Tom Clancy. 

Quizás una de la razones de eso es la presencia del "techno-thriller" en esos libros. A contramano de la preferencia narrativa de don Arturo por el espía más artesanal.

Un dato que nos llamó la atención es que en la entrevista con Berna González Harbour no haya citado entre los pioneros de la materia a uno de sus autores de referencia, Joseph Conrad con su obra El agente secreto, publicada en 1907 y que se entiende como una de las precursoras del género. 

En cambio, se decantó por Eric Ambler y William Somerset Maugham. De ambos refirió las obras que le son particularmente cercanas al respecto. 

De primero, escogió La máscara de Dimitrios, publicada en 1939 y que de la mano de la noticia de la muerte en Estambul de un peligroso criminal internacional que es conocido, entre otros, por ese nombre, su personajes, el escritor inglés Charles Latimer, iniciará un riesgoso periplo por los Balcanes tras su sombra. 

El otro libros recomendado fue Ashenden o el agente secreto, de William Somerset Maugham. Una novela mosaico, integrada por una serie de relatos encadenados en donde la rudeza y brutalidad del espionaje se muestra de modo claro y directo. Dicho concepto, en el tono y forma de contenido, ha sido luego fuente de inspiración para escritores del policial negro como Raymond Chandler o Dashiell Hammet.

De entre ambos, y puestos a opinar, a nuestro entender la serie de Falcó debe mucho al estilo de William Somerset Maugham. 

Una trilogía (por ahora) la de Falcó con la cual, tras el preludio dado en El tango de la guardia vieja, don Arturo ha entrado con el mejor pie de lleno en ese género tan pródigo de autores y obras, como difícil para situarse.  

Para leer más:



Un hombre triste y una mujer peligrosa


Una época de romance, tecnología y espías


Una novela que se las trae



Vicisitudes de la eñe


NOTICIA DEL AUTOR: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El corazón de la espada (2020), Germánicus. Entre Marte y Venus (2021) y Los Extraños de Mayo (2022). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.  



Un hombre llora la muerte de su mujer en la ciudad en la que la conoció. Está en Florencia, rodeado de recuerdos y monumentos, de calles laberínticas sin sentido, de obras de arte y turistas. Ha viajado desde Buenos Aires para tirar las cenizas de su esposa al Arno; ha decidido cumplir con las disposiciones finales que ella le dejó.

Abatido, Simón Heredia regresa al hotel decidido a dormir y marcharse al día siguiente. Entonces la ve: una mujer casi idéntica a su esposa; idéntica a la pareja que él habría querido: igual de bella que la que acaba de despedir, pero más solícita, frágil, compañera. Por un instante, cree que es mentira, que no puede ser cierto, que se trata de una alucinación. Sin embargo, ella es real, se llama Eloisa Manfredi. Y desaparece luego de conocerlo.

Así comienza esta impactante novela de suspenso; así comienza un juego lleno de dudas y de elementos sorprendentes hasta la última página, en el que nada es lo que parece; en el que la trama devela un sinnúmero de espejos y de correspondencias; en el que la acción, en plena guerra fría, se llena de agentes y doble agentes que quieren robar un secreto informático que Heredia posee; en el que Eloisa entra y sale de la vida de Simón para sembrar sospechas acerca de quién es y qué quiere; en el que el amor también puede ser una perversión.

Con una prosa afilada, con un manejo preciso de la intriga, Luis Carranza Torres construye una novela de suspenso perfecta, que mantiene en vilo al lector y que le ha valido el Premio Leer y Leer.



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