Una estatua engañosa

 


Por Luis Carranza Torres


Conocido como 'Le Berceau Primitif' (La primera cuna), se trata de una obra realizada por el artista francés Auguste-Hyacinthe Debay alrededor de 1845. 

Nacido en Nantes, Francia , el 2 de abril de 1804, hijo del eminente escultor Joseph Jan Baptiste de Bay, aprendió a esculpir de él a una edad temprana, pero su carrera en la artes la dedicó inicialmente a la pintura, dedicándose a temas históricos.  

En 1817 fue admitido en la Ecole des Beaux-Arts y exhibió sus primeros retratos en The Salon a la edad de trece años. Tras estudiar con Gros , obtuvo el Prix de Rome en 1823, para poco después cambiar la pintura por la escultura. 


Aunque pocas piezas, no más de veinte, componen su obra escultórica, se incluyen en ellas realizaciones para la fuente de la Place de la Concorde y la fachada de la École des Beaux-Arts.

La primera cuna es una de las esculturas más reconocidas de mediados del siglo XIX. Se mostró por primera vez en 1845 en el Salón de París (obra n.º 2070), siendo aclamada por la crítica. También con gran suceso se exhibió en Londres en la Gran Exposición de 1851 y nuevamente en París en la Exposición Universal de 1855 (obra n.° 4314), donde recibió una medalla de primera clase y fue  adquirida por el célebre coleccionista ruso, el príncipe Anatoly Nikolaievich Demidoff. 

Sin embargo, la tierna imagen esculpida por De Bay encierra el germen de una tragedia para la humanidad: la madre no es cualquier madre y los niños no son hijos anónimos ni comunes. La escultura representa la figura del Antiguo Testamento de Eva abrazando suavemente a sus dos hijos pequeños, Caín y Abel, en un homenaje sensible a la familia bíblica como se describe en Génesis 4:1-15. 

Para enfatizar el contraste entre la representación de los bebés Caín y Abel acurrucados cómodamente en los brazos de su madre y lo ocurrido después, respecto de la traición, la violencia y la muerte que aguardaban en el futuro a los hermanos, Debay incluyó bajorrelieves sobre la base del mármol original representando tales infelices eventos futuros, como puede verse en el dibujo inferior, proveniente de la edición del The Illustrated London News del 11 de octubre de 1851, con la noticia de la escultura en la Gran Exposición de la ciudad de ese año.

Debido a su éxito de público, coleccionistas y crítica, ha sido reproducida y copiada por varios artistas, en diversos formatos, a lo largo de los años.

La obra está catalogada por el Ministerio de Cultura francés en POP: la plataforma patrimonial abierta, como bien cultural  bajo el número de inventario MBA 35 J 1881S.

 Para leer más en el blog:


Un amor rebelde en una época convulsa


Los secretos de las gladiadoras



Una victoria sin brazos ni cabeza





NOTICIA DEL AUTOR: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El corazón de la espada (2020), Germánicus. Entre Marte y Venus (2021) y Los Extraños de Mayo (2022). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y como autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba. 




Francia, mayo del 68, los estudiantes ganan las calles. Una rebelión está a punto de estallar. Y el mundo ya no volverá a ser el mismo.

En tiempos de ebullición, cuando todo parece querer estallar, es posible pensar un mundo distinto. Hay, en ese pensamiento, algo que se vuelve vital, que entusiasma: todo el tiempo se está en la barricada, hasta que, finalmente, el mundo cambia.

Alan llega a Francia. El mundo conocido por él ha quedado atrás y todo lo que sabía de este, al que acaba de llegar, ha quedado obsoleto. Ya no es la realidad atildada y circunspecta que ha conocido a través de los libros y las historias de su familia, sino que se encuentra una París en efervescencia, en la que se discute en cada café al psicoanálisis de Lacan y a los Rolling Stones, al cine de la nouvelle vague y la Guerra de Vietnam, a los hippies y a la revolución sexual.

También, además de esa realidad que lo deslumbra, Alan encuentra a Adèle, que lo guía en ese mundo nuevo para él. En medio de ese vínculo, que nace sin que lo hayan planeado, estallan las protestas del mayo francés de las que Alan y Adèle forman parte del lado de los estudiantes. Creen, como todos ellos, que pueden cambiar el mundo. Creen, también, a pesar de sentirse extraños, que son invencibles.

Autor: Luis Carranza Torres

Editorial: Vestales

Páginas: 384




 






Lo más leído

Imagen

La foto del 2 de abril

Imagen

La leyenda del Halcón