El primer Auditor de Guerra


por Luis Carranza Torres

Se le debe mucho, aunque poco se le recuerde. Feliciano Antonio Chiclana nació el 9 de junio de 1761 en la entonces capital del Virreinato del Río de la Plata. Tras sus estudios, primero en el Convento de Santo Domingo y luego en el Real Colegio de San Carlos, se graduó de abogado en 1783 en la Real Universidad de San Felipe, en Santiago de Chile.

Luego de rendir examen teórico y práctico ante la Real Audiencia de Buenos Aires, tomado por los doctores Mariano Zavaleta y Francisco Pombo y Otero, se inscribió en la matrícula de letrados que llevaba la Real Audiencia, tras lo que empezó a ejercer.

Primero secretario del alcalde ordinario de Primer Voto en 1791, fue luego nombrado Asesor del Cabildo. Presentó en 1803, un proyecto respecto de los indios, para animar el intercambio comercial con ellos, dándoles facilidades de trabajo, y ocupándolos de forma permanente, a fin de lograr una asimilación de forma pacífica.

Fue capitán de la Legión de Patricios durante las Invasiones Inglesas, participando en ellas bajo el mando de Santiago de Liniers. En la asonada del primero de enero de 1809, del Cabildo dominado por comerciantes españoles contra el Virrey Liniers, se enroló en los defensores de este último, concurriendo al Fuerte junto a Cornelio Saavedra para brindarle su apoyo. Al llegar, se dieron conque el Virrey acababa de firmar su renuncia. En tanto Saavedra discutía, tratando poner racionalidad y sosiego en la situación, Chiclana le sacó el pliego de las manos a Liniers, para romperlo en pedazos delante de todos y dejar así, del modo más expedito, saldado el acto.

El Cabildo no olvidó esa intervención y cuando Liniers lo nombró administrador de los impuestos municipales de alumbrado, limpieza y empedrado, se opusieron expresando: “Por ningún motivo conviene entregar la administración de estos ramos en manos del doctor Chiclana por sus cualidades bastante sabidas”. Es decir, romper papeles. Y para no dejar lugar a la discusión, se adujo falta de fondos para pagar el cargo, acordando que “se ha tenido por muy conveniente el que el señor diputado de policía tome a su cargo la administración, sin interés y provisionalmente, a que se ha prestado gustoso”.

En las jornadas de Mayo de 1810 se lo contó entre los primeros revolucionarios. Tras ellas, la Junta Gubernativa viendo que “el estado actual de los negocios públicos exige imperiosamente la expedición de los auxilios militares a las provincias interiores” lo designó el 14 de junio de 1810 como “Auditor de Guerra de dicha expedición para que en clase de tal desempeñe las funciones anexas a su empleo”. El sueldo otorgado era de 125 pesos y el grado militar que venía de la mano del cargo era el de coronel. Ese es el motivo por el cual se entiende que Feliciano Chiclana fue el primer oficial jurídico en las Fuerzas Armadas argentinas. De allí a que el 14 de junio sea el día del Auditor Militar.  

Desempeñó luego el cargo de gobernador de Salta, donde consiguió que los resquemores locales respecto de una Junta de Gobierno que entendían “porteña” fueran calmados, y que, a diferencia de Córdoba, Salta reconociera a la Primera Junta enviando el respectivo diputado provincial.

Luego ocupó idéntico cargo en Potosí, antes de ser elegido como uno de los miembros del nuevo ejecutivo colegiado del país, el primer Triunvirato. Sus discusiones con Juan José Paso en dicho cuerpo fueron una constante.  Paso era enérgico e irritable; Chiclana igualmente enérgico y rígido de opiniones.

Entre los actos que llevan su rúbrica de triunviro, se halla junto a Manuel de Sarratea, la firma del despacho de teniente coronel de Caballería, y comandante del Escuadrón de Granaderos a Caballo próximo a organizarse, otorgado a José de San Martín, el 16 de marzo de 1812.

Tras su renuncia manifestando motivos de salud, en julio de 1812 se desempeñó como uno de los jueces en el proceso de los líderes de la revuelta de Alzaga. En noviembre de ese año nuevamente es designado gobernador-intendente de Salta, cargo desde donde ayudó de manera significativa a Belgrano en la reorganización del Ejército del Norte. Vuelto a Buenos Aires, sería enviado por el director supremo Gervasio Posadas a dicho ejército para estar a cargo de sus abastecimientos.

Si con Paso discutía, con el nuevo director supremo, Juan Martín de Pueyrredón, discutió aún más, al punto de ser desterrado en 1817. Se instaló entonces en Baltimore, Estados Unidos, con otros en su misma condición como Domingo French y Manuel Dorrego.

Fueron tiempos durísimos en lo económico que, en mayo de 1818, lo animaron a tentar a la suerte con una vuelta no autorizada. Permaneció por un tiempo en Montevideo, en tanto su esposa solicitó al gobierno asilo en algún punto de las provincias. Fue desterrado de nuevo, esta vez a Mendoza, pero en atención a su estado de salud que no era bueno, se le permitió regresar a Buenos Aires.

En 1819, extinguida la influencia de Pueyrredón en el gobierno el nuevo director José Rondeau le restituyó el grado de coronel y se reincorporó al ejército. Dirigió entonces una Campaña contra los indios ranqueles del sur, por las frecuentes devastaciones de los campos. Fue acaso la primera expedición de tal género, que se salvó con la firma de un tratado de paz y la extensión de la denominada “frontera interior”.

Tras retirarse del ejército en 1822, pasó sus últimos años en su hogar, falleciendo el 17 de setiembre de 1826 a los 61 años. Tal como se expone en su biografía en la página Tribunal Electoral Permanente de la provincia de Jujuy, en muy exactas palabras: “se considera que Chiclana realizó su mayor contribución durante los primeros días de la revolución, la cual debió gran parte de su éxito a su exaltado y turbulento espíritu”.


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Noticia del autor de la nota: Abogado (U.N.C.). Profesor con orientación en Derecho. Doctor en Ciencias Jurídicas (U.C.A.). Especialista en Derecho Aeronáutico y Espacial. Especialista en Derecho de los Conflictos Armados y Derecho Internacional Humanitario. Docente universitario de grado y postgrado. Autor de una veinte de textos sobre derecho público y procesal. Miembro del Instituto de Derecho Administrativo de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba. Miembro del Instituto de Historia del Derecho y de las Ideas Políticas Roberto Peña de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba. Mención Especial premio “Joven Jurista 2001” de la Academia de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba. Premio "Diez Jóvenes Sobresalientes del año” de la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). Distinción “Reconocimiento docente”, E.S.G.A, 2005. Reconocimiento al desempeño y dedicación, Escuela de Práctica Jurídica del Colegio de Abogados de Córdoba, 2013. Reconocimiento a la trayectoria en las letras y como autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba, 2021.


 

 

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