Cuando las calles fueron fuego

 



Por Luis Carranza Torres
Especial para el blog

La conocimos entre nosotros como Calles de fuego, traducción del título original en inglés Streets of Fire.

Es una película de culto, emblemática de la década de 1980. Estrenada en 1984, su combinación de western urbano contemporáneo con musical de rock, su estética mezcla de video clip y cómic, le disculpan un guión predecible y lineal, y hasta las actuaciones clase b de Michael Paré y una jovencísima Diane Lane que destaca más como cantante que actriz. 

Con lo justo se salva Willem Dafoe, rayando la interpretación del malvado en el límite con la caricatura. Amy Madigan en primer término y Rick Moranis un tanto de lejos, se llevan las palmas como actores. 

Se filmó en varias ciudades de Estados Unidos, destacando ciudades como Los Ángeles o Chicago. El grupo Fire Inc. formó parte de la banda sonora de la película. Fue dirigida por Walter Hill, que también coescribió el guion junto a Larry Gross. 

Corta, de 93 minutos nada más, costó en su época la friolera de 14 palos verdes. Recaudó 8 nada más, con lo cual, a pesar de toda la buena crítica y las aclamaciones, estuvo lejos de ser otra cosa que un pésimo negocio. 

Las canciones, memorables. Como dijo alguna crítica: "Calles de fuego es un disparo de rock & roll directo a los sentidos". Tal cual. A más de las canciones originales compuestas por Stevie Nick, Tom Petty y Ry Cooder interpretadas por grupos tales como The Blasters y The Fixx, se le debe sumar la voz y "performance" de Diane Lane, que bien podría haberse dedicado a la música con tanto nivel como a la actuación. 



Al decir de Alan Chialva en la página Cinéfilos frustrados: "El gran mérito de Walter Hill es componer Streets of Fire incluyendo cada uno de los rasgos que conciertan la cosmovisión de su época. Como un gran resumen. El espectador se sienta frente a la obra dispuesto a inyectarse la época. Personajes estereotipados al extremo, decorados claustrofóbicos que nos alertan de la presencia del artificio, explosiones exageradas, amores tóxicos, motocicletas y villanos maniqueos, besos bajo la lluvia, canciones de vibrante rock, todo bajo la excusa de la película. Walter Hill sabe descubrir el velo de la fantasía. Al llevar al extremo cada uno de los rasgos que caracterizan las películas de la época desactiva la verosimilitud. El director satura el género y revela el secreto de la ficción. Al final, el espectador puede sentir, con razón, que acaba de ver toda una generación".

Para ver, aunque sea una vez. Prometido que podrá no enganchar la trama de la peli o las actuaciones, pero tiene más de un ingrediente de una época que marcó muchas cosas: los ochenta con su ideal libertario y rebelde en clave de rock. Ideal para nostálgicos. 


Para leer más en el blog:


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Donde las águilas se atreven


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NOTICIA DEL AUTOR DE LA NOTA:

Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y como autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.






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