Lo que deja Cincuenta Sombras de Grey

 




Por Luis Carranza Torres

El título también podría escribirse en tono de pregunta, según algunos. Éxito innegable de ventas, las opiniones se hallan discutidas en cuanto a sus calidades literarias. Hay quienes la rescatan como una novela adictiva, otros desechan que tenga cualquier mérito en tal campo.

Tal éxito comercial fue una sorpresa para todos, incluida su propia autora. Publicada inicialmente en una pequeña editorial australiana en 2011, no se esperaba vender un par de miles de ejemplares. De hecho, el nombre de su autora Erika Leonard Mitchell, se abrevió como "E. L. James" para disimular que era una mujer quien lo escribía bajo el preconcepto que no se vendería una obra erótica que no estuviera escrita por un hombre. 

Nada más lejos de lo que sucedió. Junto a a sus dos compañeras de trilogía (Cincuenta sombras más oscuras y Cincuenta sombras liberadas), llegó a vender más de 150 millones de ejemplares en todo el mundo, siendo traducida a unos 50 idiomas, incluyendo árabe y mongol. Estableció asimismo el récord como la edición de bolsillo de ventas más rápida de todos los tiempos, destronando a la saga de Harry Potter de tal sitial. La adaptación al cine obtuvo más de mil millones de dólares en todo el mundo de ganancia, con James fue coproductora.

El año en que se publicó la primera de ellas, la mitad de los libros vendidos en formato digital en Estados Unidos, era de esa novela. Creemos que no es un dato menor para entender el suceso editorial: la difusión por las redes. 

Creemos por eso en lo que Jenny Colgan escribió el 13 de abril de 2012 («Fifty Shades of Grey») en el diario The Guardian: "Cincuenta sombras de Grey es la gran novela erótica de la revolución de las descargas digitales"

Tal digitalidad no es solo por ventas. El génesis y desarrollo de la obra se halla asociado a las redes: "Evolucionando originalmente a través de slash/fic en línea (escritura erótica publicada por fanáticos en el extremo más espeluznante de Internet, donde Ron Weasley y Harry descubren sus verdaderos sentimientos el uno por el otro, etc.) entre Edward y Bella de Crepúsculo, Cincuenta sombras de Grey es ahora una trilogía completamente realizada, con Christian Grey como el hermoso vampiro, lo siento, dominante, y Anastasia Steele como su compañera luchadora pero inocente".
Portadas del libro en alemán


Tal desarrollo en las redes, es nuestra opinión, también ayudó a esculpir el relato a la medida de sus destinatarios, merced a los múltiples feedbacks que ha tenido de sus lectores digitales. No es menor tampoco el hecho que su autora haya tenido la capacidad para recoger tales reacciones y modificar su mensaje, de acuerdo con lo recogido. La trama tuvo un público mientras era escrita que la redefinió en la novela final que conocemos todos. 

Es por ello que, como dice Laura Barnett en su artículo «Mommy porn?: Fifty Shades of Grey by EL James: review» publicado también el 13 de abril en el diario The Telegraph: "Las travesuras sadomasoquistas en el libro de 'pornografía de mamás' de EL James, Cincuenta sombras de Grey, lo han convertido en un fenómeno, a pesar de la espantosa escritura", entendiendo que la obra resulta un "empalagoso cliché", aun cuando rescata que ha dado tema para la discusión respecto de los aspectos sexuales que toca.

Por su parte, en el artículo de Jenny Colgan se describen algunos de los orígenes de tales clichés: "Más un monstruo de Frankenstein que un Drácula, el libro está cosido de manera similar: los correos electrónicos coquetos son directamente de Bridget Jones; El apartamento de Christian es, curiosamente, el penthouse de Frasier Crane en Seattle, ventanas hasta el suelo, piano de cola y todo (seguía esperando que llegara Eddie y hiciera algo divertido con los muebles caros); el paseo en planeador es de The Thomas Crown Affair; y el sexo tiene una deuda con Anne Rice, pero las novelas de La Bella Durmiente en lugar de los vampiros".

El hecho de que una mujer de mediana edad, Erika Mitchell nacida en 1963 de madre de origen chileno y padre escocés, lo haya escrito. Es el público en el que ha prendido la trama. Gente de vida ordenada que no va a cambiarla, pero que se muestra entusiasta por ver como sería algo distinto, aun cuando roce lo inverosímil. Por caso, que un apuesto millonario esté pendiente todo el tiempo de ella y que por quererla dominar, termine siendo en realidad el dominado.  



Se trata, vaya paradoja, de un libro erótico en el que casi no hay sexo. Algo que pone de manifiesto, una vez más, un hecho humano poco considerado: es en el cerebro y no en el cuerpo donde realmente ocurre todo, a pesar de las apariencias. 

Se trata en suma de una serie literaria de fácil lectura, sumamente visual (el pasado de Mitchell como asistente de dirección de televisión rinde sus frutos), de seres presentados a muy terribles pecados de un modo bastante inocente y fresco. Más que el ansia por el placer, la trama refleja ciertos inconscientes fuertemente arraigados en el interior del ser humano: poder pecar sin culpa, hacer cosas terribles para sacudir la monotonía sin consecuencias y hasta la del monstruo que en realidad no es tal. 

La trama engancha, aun cuando no indague en nada demasiado profundo. Es el ritmo de thriller lo que compra en la trilogía. Siempre sucede algo o se está pendiente de alguna cuestión. El punto de vista de una narradora en primera persona aporta, y bastante. Por eso no han tenido el mismo suceso los libros en que se ha contado desde el punto de vista de Christian. 

Ni santa ni demonio, resulta una producción literaria que no aporta mucho a lo literario en sí, pero sí muestra con mucho calidad como operan ciertos procesos de producción, comerciales y hasta sociológicos de nuestro tiempo. 

Para leer más:

Vértigo: historia de una obsesión freudiana


Un hombre triste y una mujer peligrosa


Una época de romance, tecnología y espías


Una novela que se las trae


Vicisitudes de la eñe


NOTICIA DEL AUTOR: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El corazón de la espada (2020) y Germánicus. Entre Marte y Venus (2021). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.  











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