El Lado B de "Harry El Sucio"

 


por Luis Carranza Torres

Fue una película que trajo polémica y discusión desde su estreno en 1971, con entusiastas y detractores, pero cualquiera fuera la opinión (aun en las antípodas unas de otras) no dejaban de reconocer los valores del film como obra cinematográfica. 

Es que Dirty Harry (Harry el sucio) definió un momento. Justiciero, machista y todos los demás «istas» que le comprenden, sus palabras cáusticas empuñando una 0.44 Magnum han pasado a la historia del cine y sigue siendo al presente el punto de referencia para las películas de acción de policías que se encargan de hacer las cosas a su manera. 

Harry no oculta el desdén por la sociedad en la que vive y hasta por las leyes que la rigen, para descargar esa agresividad en quienes delinquen. Ese ir mas allá de la insatisfacción por no gustarle el mundo en que vive, es uno de los puntos centrales de la simpatía de muchos con el personaje.

Otro de los "trucos" para generar empatía con quien no se querría ni por casualidad como vecino, ser un asocial, en la impunidad de Harry para decir las cosas incómodas y hasta oscuras que la hipocresía social, sobre todo desde la venalidad del poder, esconde y calla.  

Por insólito que parezca, siendo uno de los personajes icónicos de Clint Eastwood, el papel del Inspector Callahan no fue escrito para él sino para Frank Sinatra. Pero el cantante había tenido un percance con su muñeca y luego de recuperarse de la quebradura encontró la Magnum demasiado pesada para él. 


Al rechazo del papel siguieron los ofrecimientos a John Wayne, Burt Lancaster, Robert Mitchum, Steve McQueen y Paul Newman. Todos ellos dijeron que no. El personaje se parecía demasiado al Columbo de Peter Falk que miraba todo el mundo en la tele. 

Eastwood fue el primero que dijo sí pero con condiciones: la historia, ambientada en Nueva York, debía cambiar de escenario y desarrollarse en San Francisco, su ciudad natal; para no tener que viajar ni estar demasiado fuera del hogar. 

Además, quería que al guion se le imprimiera una mayor dosis de acción física, para adaptar a Harry a la imagen de héroe de acción que tenía Eastwood por los spaguetti westerns filmados por Sergio Leone. 

A pesar de resultar la octava opción del estudio Warner Bros, Eastwood era alguien que podía actuar en películas de segunda pero sabía aprovechar las oportunidades. Por eso, no sólo fichó en el proyecto como protagonista sino que además fue contratado como productor. No pasó mucho antes de que impusiera su impronta al filme.

El resultado fueron 100 minutos de acción y tensión que no dan tregua, dirigidos por un amigo de Eastwood y su director de confianza, Don Siegel. 

Contratarlo fue una de las piezas claves para obtener un éxito fílmico. Don y Clint ya habían hecho de las suyas en varios filmes, como por ejemplo Dos mulas para la hermana Sara, ambientada en la guerra civil mexicana. 


Las curiosidades no son menores por el lado del villano del filme, Scorpio, inspirado en el “Asesino del Zodiaco”, activo por aquella época en San Francisco, quien no podía ser capturado. Luego de que el actor pensado en primer lugar, Audie Murphy, murió en un accidente aéreo, el rol lo tomó un ignoto Andrew Robinson. Su actuación lo lanzaría no sólo a la fama sino que, por su realismo, le llovieron las amenazas de muerte por teléfono y acabaría pidiendo que su número no figurara en guía, luego de cambiarlo. 

Nada hacía pensar en el rodaje que pudiera suceder eso. Andrew era un pacifista y, además, no iba en absoluto con las armas. Tal era su expresión de desagrado cuando disparaba que el director Don Siegel suspendió el rodaje por un tiempo mientras el actor trataba el tema con un psiquiatra.

Las escenas se rodaron en exteriores reales de la ciudad de San Francisco, excepto la del atraco del banco, que fue filmada en una falsa calle de estudio para mayor seguridad, pues requería muchos efectos especiales.

La película se estrenó el 23 de diciembre de 1971. Había costado 4 millones de dólares filmarla y recaudó 36 millones sólo en los Estados Unidos, mano a mano con títulos como La Naranja Mecánica y Conexión en Francia. 

La película, un suceso de taquilla primero y cultural después, reinventó la figura de Eastwood, sacándolo de las películas clase B del oeste para ponerlo en el pedestal del policial negro. En lo político, Dirty Harry cristalizó los sentimientos antiliberales que se estaban gestando en ese momento. 

Después del suceso, aparecieron los filmes que buscaban explotar el nicho. Luego de rechazar el papel, John “Duke” Wayne repensó el tema y decidió probar suerte en el policíaco, mediante su productora, Batjac, produciendo McQ (1974) con una acogida favorable, aunque lejos de los números de Harry. 

Reincidió con la fórmula del policía rudo un par de años después, en 1975, con Branigan, un policía de Chicago que llegaba a Londres en busca de un delincuente de altos vuelos, para ver cómo sus expeditivos métodos chocaban con la civilizada forma policial de trabajo de Scotland Yard. La película también encantó a los fanáticos de Duke y tuvo buena repercusión en la taquilla.

Lo que no obtuvo Harry, como era de prever por el ambiente liberal del Hollywood de entonces, fue alguna nominación en la 44ª edición de los Premios Oscar. Aun así, grupos feministas protestaron afuera del teatro donde se realizaba la ceremonia y portaban pancartas en las que se leía «Harry el sucio es un cerdo podrido».

Pese a toda la polémica, o precisamente por ella, habría cuatro filmes ulteriores del inadaptado Harry, cada vez retando más y más al sistema: Magnum Force (1973), The Enforcer (1976), Sudden Impact (1983) y The Dead Pool en (1988).

Siguiendo una práctica de la época, de la pantalla grande la historia de Harry llegó al libro en papel. Primero fue como una “novelización” de los filmes, publicadas entre 1971 y 1983: Dirty Harry , Magnum Force , The Enforcer y Sudden Impact. Poco más que un traslado de formato del guion a novela. 

Phillip Rock escribió la primera de ellas, basado en el primer guion de la película. Mel Valley la segunda, en 1973. Wesley Morgan corrió con la realización de la tercera tres años después y Joseph Stinson, uno de los adaptadores del guion de la cuarta película, que también había sido quien reescribiera el guion original de la primera para Eastwood.

Luego de The Enforcer , Clint Eastwood anunciara que no haría más películas del personaje, aunque finalmente volvería a interpretarlo en Sudden Impact de 1983 y The Dead Pool en 1988, Warner Bros decide publicar novelas originales como parte de su serie "Men of Action". 

De tal forma, a partir de 1981 se editaron doce novelas a un impresionante ritmo más o menos bimensual. Ellas fueron: Duelo por cañones, Muerte en los muelles, La larga muerte, La muerte de México, Esqueletos familiares, Ciudad de sangre, Masacre en Russian River, Los hombres del hacha, La conexión asesina, La sangre de los extraños, Muerte en el aire y El traficante de la muerte.

Los libros llevaban la autoría de Dane Hartman, quien no existía como tal. Se trataba de un seudónimo creado para la serie y que fue utilizado colectivamente por varios escritores diferentes empleados por Warner. Entre ellos, autores como Ric Meyers y Leslie Alan Horvitz.

La serie terminó en 1983, el mismo año en que se estrenó Sudden Impact. Durante la década de 1990, Jean-Paul Schweighaeuser tradujo las novelas al francés, siendo publicadas por Éditions Fleuve Noir en la colección Supercops.

Era claro que, para bien o mal, más allá de toda la publicidad negativa, había una mayoría silenciosa, aun mas allá de Estados Unidos que, por sus muy especiales razones, gustaba de Harry.



Para leer más en el blog:


Un amor rebelde en una época convulsa


El sentido profundo de la Scaloneta


Los Lobos del Atlántico


Constanza y la botadura del Bismarck






SOBRE EL AUTOR DE LA NOTA: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El corazón de la espada (2020), Germánicus. Entre Marte y Venus (2021) y Los extraños de mayo (2022). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y como autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.



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