Los entretelones de la única novela de Winston Churchill
Por Luis Carranza Torres
Winston Leonard Spencer Churchill tenía 23 años cuando publicó su primera y única novela. Por entonces, solo era un segundo teniente en el 4.º regimiento de Húsares de la Reina del Ejército Británico, habiendo participado de algunas contiendas.
Su título completo en lengua original es: “Savrola: A Tale of the Revolution in Laurania”.
El libro trata en 345 páginas y 70.000 que describe los acontecimientos en la capital de Laurania, un estado europeo ficticio, cuando los disturbios contra el gobierno dictatorial del presidente Antonio Molara se convierten en una revolución violenta.
Churchill comenzó a escribirlo en su viaje de Gran Bretaña a la India para participar en la campaña de Malakand en agosto de 1897, para dejarlo a medio camino a fin de escribir «The Story of the Malakand Field Force» sobre sus experiencias en la campaña contra los rebeldes de Mohmand en el valle de Swat en el noroeste de la India.
Ese primer libro publicado recibió críticas positivas, tras lo cual se abocó a terminar la inconclusa novela. En mayo de 1898 escribió a su hermano que el libro se había completado y su título provisional del libro era «Asuntos de Estado».
En opinión de uno de sus biógrafos, Roy Harris Jenkins, Barón Jenkins de Hillhead para mas renombre, en su obra “Churchill” (2001:819) expresa que el abrazar a la escritura como “hábito completo”, especialmente en los tiempos en que su carrera política iba en baja fue una de las principales salvaguardas con lo que Winston denominó su “perro negro”, la depresión recurrente que lo asaltó a lo largo de toda su existencia.
Savrola reconoce como obra gran influencia del clásico «El prisionero de Zenda», publicado cuatro años antes por Anthony Hope. La política, las instituciones y hasta la etiqueta de las reuniones de sociedad de la ficticia Laurania reflejan la Inglaterra que vivió Churchill. En tal sentido, como dijo en 1965 Bryan Magee en una reseña para Encounter, la revista literaria inglesa fundada en 1953 por el poeta Stephen Spender y el periodista Irving Kristol, observó que a pesar de haber sido escrito para adultos, “el libro había permanecido en las bibliotecas como un cuento de aventuras para niños”, no por sus méritos literarios sino por la comprensión que brindaba de las creencias de Churchill cuando era joven. “con lo que deseaba ser y en lo que luego se convirtió”.
Expresa en sus primeras páginas que: “Este libro está dedicado a LOS OFICIALES DEL IV REGIMIENTO DE HÚSARES DE LA REINA, en cuya compartía el autor vivió durante cuatro felices años”, usando las mayúsculas tal y como se transcribe.
Se hace constar además, con firma al pie incluída que: “Esta narración fue escrita en 1897 y ha sido publicada, por capítulos separados, en el Macmillan’s Magazine. Puesto que no obtuvo una acogida desfavorable, he resuelto publicarla en un solo volumen y la someto con una gran emoción al juicio o a la clemencia de los lectores. Winston S. Churchill”.
Carente de prólogo, su capítulo primero, titulado “UN ACONTECIMIENTO DE IMPORTANCIA POLÍTICA” Inicia de tal forma:
“Había caído un fuerte aguacero, pero el sol brillaba nuevamente a través de las aberturas de las nubes y arrojaba ligeras sombras cambiantes sobre las calles, las casas y los jardines de la ciudad de Laurania. Todo brillaba con un brillo húmedo bajo, la luz del sol; el polvo había desaparecido; el aire era fresco; los árboles parecían reverdecidos y agradecidos. Era la primera lluvia de los calores veraniegos, y marcaba el principio de aquel delicioso clima otoñal que había hecho de la capital lauraniana el hogar de los artistas, los inválidos y los sibaritas”.
No es el más impactante de los inicios. Tal vez por eso, las críticas fueron positivas pero tenues. El periódico The Star consideró que era claramente inferior a The River War, que Churchill ya había publicado, y si bien personajes resultaban “títeres comunes de un romance enérgico", las escenas de lucha fueron catalogadas de “impresionantes y llenas de suspenso”.
El Echo por su parte, reseño el libro prometía y era interesante, pero se veía la falta de detalles en la trama y en las escenas de amor, dependiendo “demasiado de la lucha y el derramamiento de sangre” para sacar adelante la historia.
Churchill debe haber recordado, al leer eso, la opinión de su abuela, Frances, duquesa de Marlborough, que si bien apoyó que lo publicara, por las perspectivas de obtener “un retorno financiero razonable”, le indicó que la trama debía mejorarse. Las descripciones de las peleas eran buenas, pero en los que se refiere a los personajes femeninos, en particular Lucile, la protagonista la abuela entendía que lo traicionaba la “falta de experiencia con las mujeres” de su nieto. El cual, frente a las ofertas en efectivo por la publicación, lo envió sin intentar enmienda alguna.
La primera edición fue publicada por Longman Green and Co. en Estados Unidos en noviembre de 1899, con una tirada de 4.000 ejemplares y un precio de 1,25 dólares. A esto le siguió poco después, en enero de 1900, la edición británica de 1.500 copias a un precio de 6 chelines. Se imprimieron además 4.500 copias en una edición “colonial” para ser distribuida por todo el imperio, aunque Copp Clark publicó una edición separada en Canadá con el mismo sello de Longman.
Los “serial rights” derechos que se desprenden del copyright para poder publicarlo por entregas, se vendieron a Macmillan's Magazine por 100 libras esterlinas. Se calcula que en total por derechos de autor Churchill ganó aproximadamente 700 libras esterlinas con la obra.
Fue publicada por entregas nuevamente en el Sunday Dispatch en 1954 con motivo de su cumpleaños 80. Asimismo, una dramatización de la historia fue transmitida en 1964 como parte del Saturday Night Theatre de la BBC Radio, mientras que una versión breve fue televisada en los Estados Unidos en 1956 que el propio Churchill criticó por haber perdido el sentido de la obra original al resumirla en un “melodrama desgarrador”.
El propio Churchill se expresó sobre la obra en su temprana autobiografía de 1930 (A Roving Commission - My Early Life. New York: Charles Scribner's Sons. p. 154) donde puede leerse que: "He instado constantemente a mis amigos a que se abstengan de leerlo".
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