Leer nos mantiene humanos
por Luis Carranza Torres
Uno escribe, y los lectores son los que en definitiva lo hacen a uno escritor. Se trata de un arte que se lleva a cabo en solitario, pero que tiene la virtud de transformarse por la lectura en una hecho colectivo.
Todo ello no es posible sino por el libro, cualquiera sea el formato en que se difunda.
Se trata de un objeto que se las trae, y desde vieja data. Ya lo decía Borges: "De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación."
Una muestra más, si hiciera falta, para confirmar las emociones y superaciones que los libros provocan.
Según la Real Academia Española y su Diccionario de la Lengua, libro es una palabra proveniente del latín "liber, libri".
Tiene varias acepciones en nuestra lengua. La primera de ellas, ser un "conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen". También resulta una "obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte".
Le cabe además a "cada una de ciertas partes principales en que suelen dividirse las obras científicas o literarias, y los códigos y leyes de gran extensión", como a los textos de una obra lírica o libreto.
Para los efectos legales, en España, resulta por añadidura, todo impreso no periódico que contiene 49 páginas o más, excluidas las cubiertas.
De forma mucho menos extendida y más curiosa o circunscripto a ciertas áreas técnicas, es también una contribución o impuesto. "No he pagado los libros", así como en zoología, la tercera de las cuatro cavidades en que se divide el estómago de los rumiantes.
Un libro, cuanto encuentra al lector al que va dirigido, resulta una puerta de ingreso tanto al espíritu como al intelecto. Pues depara no solo pasión, emoción, sentimientos varios, el vivir situaciones y hasta universos, sino también descubrir temas, aprender, conocer, perfeccionarse.
Es por ello que cada año el 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro. Fue una fecha promovida por la UNESCO con carácter internacional que persigue tanto fomentar la lectura, como la publicación de libros y la protección de los derechos de los autores.
Fue elegida, como se explica en la página de internet de esa organización internacional de la cultura, por resultar un "un día simbólico" para la literatura a nivel mundial "ya que ese día en 1616 fallecieron Cervantes, Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega".
Además, dicha fecha "también coincide con el nacimiento o la muerte de otros autores prominentes como Maurice Druon, Haldor K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla y Manuel Mejía Vallejo".
Es por eso que en la Conferencia General de la Unesco que se celebró en París en 1995 la proclamó a fin de rendir homenaje a los libros y a los autores, así como para fomentar el acceso a la lectura para el mayor número posible de personas.
"Trascendiendo las fronteras físicas, el libro representa una de las invenciones más bellas para compartir ideas y encarna un instrumento eficaz para luchar contra la pobreza y construir una paz sostenible, decidió "rendir un homenaje universal a los libros y autores en esta fecha, alentando a todos, y en particular a los jóvenes, a descubrir el placer de la lectura".
De allí que: "Al defender el libro y el derecho de autor, la UNESCO apoya la creatividad, la diversidad y la igualdad de acceso al conocimiento, en particular a través de su Red de Ciudades Creativas de la Literatura, la promoción de la alfabetización, el aprendizaje móvil y el libre acceso a los contenidos científicos y los recursos educativos. Con la participación activa de las partes interesadas –autores, editores, docentes, bibliotecarios, instituciones públicas y privadas, ONG humanitarias, medios de comunicación y cualquier otro interlocutor que se sienta implicado en esta celebración– el Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor congrega a millones de personas en todo el mundo".
Los libros han recorrido un largo camino al servicio de la humanidad, desde las tabillas sumerias de arcilla con escritura cuneiforme entre los años 7000 y 4000 a.C. en la Mesopotamia meridional, a los modernos formatos electrónicos.
Al reemplazarse en el Antiguo Egipto en el IV milenio a. C., las tablillas de madera o marfil por rollos de papiro llamados "volumina", más ligeros y fáciles de utilizar, se estableció un formato que duraría varios milenios y que sería el principal soporte de la escritura no solo egipcia, sino también en Grecia y Roma.
Progresivamente el pergamino fue sustituyendo al papiro a partir del siglo III a. C. En oriente, los chino no sólo inventaron el papel, sino que reproducían textos con la ayuda de unos sellos grabados en relieve. Dicha técnica permaneció incluso cuando en el siglo XI, el herrero Pi Cheng, inventó los caracteres móviles, pues a causa de la tinta empleada, los impresos no tenían buena calidad.
Entre los siglos II y III, el códice empezó a desplazar al volumen, hasta hacerlo desaparecer durante la edad media. El libro ya no era un rollo continuo, sino un conjunto de hojas cosidas, de forma rectangular.
En el siglo VIII el arte de fabricar papel pasó de los chinos a los árabes y de éstos a Europa. El libro impreso evoluciona desde el códice hecho con papel. Previo a los tipos móviles, se los imprimió por procedimiento llamado xilografía, también originario de China
La elaboración de la imprenta de tipos móviles por parte de Gutenberg hacia 1440 dio paso a la era de la producción masiva. El libro dejó de ser algo artesanal, hecho bajo demanda para bajar su costo notablemente y aumentar la cantidad de obras disponibles.
A partir de allí, la edición de un libro requiere de una organización no sólo técnica sino de aporte de capital para su realización, y un mercado a dónde destinar tal crecido número de ejemplares.
Los libros enseñan, entretienen, brindan compañía a nosotros mismos, emocionan, hacen pensar, nos elevan por nuestros conocimientos previos, desarrollan nuestra psiquis e impactan en nuestra espiritualidad.
No poco de lo que somos, de cómo actuamos, pensamos y sentimos, viene de los libros que hemos leído a lo largo de nuestra vida, sean más o menos. Se trata de algo en que confluimos los humanos desde lo diverso. Algo que no debemos perder de vista en este mundo tan propenso a los quiebres de hoy.
En suma, sea por escribirlos, editarlos o leerlos, los libros no sólo nos mantienen dentro de los contornos de la humanidad, sino que nos llevan a ser mejores seres humanos.
Es por eso que les deseo muy feliz día internacional del libro a todos, con el deseo que sean especialmente fructíferos en cada uno de ustedes.
Para leer más en el blog:
Un amor rebelde en una época convulsa
Mujeres en pugna en un mundo oscuro
Los secretos de las gladiadoras
SOBRE EL AUTOR DE LA NOTA: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El Corazón de la Espada (2020), Germánicus. Entre Marte y Venus (2021), Los Extraños de Mayo (2022) y La Traidora (2023). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y como autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.
Una ciudad: Londres.
Una mujer cruzada por dos naciones.
Una guerra inesperada.
Un hombre misterioso.
Una historia de espías.
Un amor que no distingue banderas.
En abril de 1982 nada parece ir bien en la vida de Gabrielle Sterling. La relación con su jefe ha terminado en una desilusión amorosa y su carrera en el servicio civil británico no avanza. Sin embargo, la vida la sorprende cuando un hombre misterioso le hace una propuesta peligrosa. De aceptar, deberá traicionar los principios en que ha sido educada, aunque también rescatará es parte olvidada que su madre le inculcó.
Tironeada por dos banderas, deberá elegir un bando en un conflicto que día a día se muestra más próximo. En ese proceso, pondrá su propia vida en juego mientras se siente cada vez más atraída por ese hombre misterioso.
En tanto la guerra escala, intrigas, pasiones y acontecimientos imprevistos la llevarán donde nunca antes había pensado estar, mientras quienes la persiguen se hallan más cerca de descubrirla.
En medio de esa incertidumbre, Gabrielle se sentirá más viva que nunca. Tal vez no esté traicionando a nadie, sino encontrándose, por primera vez, consigo misma.