Espías con rostro de mujer
por Luis Carranza Torres
La actividad de inteligencia tiene una importante participación y aporte de la mujer. Pero la literatura no siempre ha reflejado eso. Los espías más famosos son hombres, ya sea por estereotipo cultural. Pero también existen cada vez más excepciones a eso.
Como dice Paka Díaz en “Infiltradas y espías” publicado en marzo de 2021 en la revista Cosmopolitan: “En las películas y series de acción hay espías y agentes de la CIA o el FIB muy bizarros, casi con super poderes. Desde Jason Bourne al más clásico, James Bond. Tíos aguerridos que, ante el peligro, son capaces de conservar la mente fría en las peores circunstancias. Pero, ¿qué pasa cuando quienes combaten el yihadismo, las infiltradas en primera línea de riesgo, son mujeres?”.
Según ella: “El camino en la ficción lo abrieron agentes como Clarice Starling o Dana Scully. Hoy, series como 'Homeland' y 'Killing Eve' muestran a heroínas de acción que se enfrentan a los ‘malos’. Sin embargo, si nos piden pensar en una persona infiltrada en una organización peligrosa, es probable que imaginemos a un varón”.
Rescata en esa misma línea pero desde lo literario, “tres libros vienen a romper este techo de cristal para mostrarnos una realidad escritos por mujeres que trabajan en primera línea de riesgo”. Se trata de La norteamericana Amaryllis Fox quien escribió una memoria sobre su tiempo en la CIA, titulada “Life Undercover: Coming of Age in the CIA”, la austríaca Julia Ebner quien cuenta cómo se infiltró en peligrosos grupos de radicales y fruto de tal experiencia escribió “The Rage: the Vicious Circle of Islamist” y “Far-Right Extremism y Going Dark: the Secret Social Lives of Extremists”, y por último Pilar Cebrián, periodista española, con “El infiel que había en mí”.
Eso, por el lado de las historias de la vida real. Y en cuanto a la otra, los personajes del universo literario del espionaje, contra lo que podría pensarse, no pocas novelas tienen a una mujer por protagonista, si bien los personajes masculinos siguen llevando la delantera.
Al respecto, Noel Ceballos en su artículo “Sólo para tus ojos: Las 18 mejores novelas de espías de todos los tiempos”, coloca varias de ellas en esa escalera de las mejores. Aparecido en CQ en enero de 2022, postula en primer lugar a Nuestro hombre en La Habana, de Graham Greene y en segundo, El espía que surgió del frío, de John Le Carré.
Pero allí están también Gorrión Rojo, de Jason Matthews en sexto lugar y Operación dulce de Iain Mc Evan en el noveno. Ambas, con una presencia femenina no menor.
En la primera, popularizada por la película protagonizada por Jennifer Lawrence, Joel Edgerton, Jeremy Irons y Charlotte Rampling, nos cuenta la historia de Dominika Egorova, un «gorrión» de la inteligencia de la Rusia postsoviética, tan bella y capaz de seducir como de matar.
La otra, cuyo título original en inglés es Sweet Tooth, se trata de la única novela de espías del escritor Iain McEwan, tan particular como su prosa. Traza en sus páginas las alternativas de la vida de su protagonista, Serena Frome, durante principios de los años 1970, quien luego de graduarse en Cambridge , es reclutada por el MI5 y se involucra en un programa encubierto para combatir el comunismo infiltrándose en el mundo intelectual. Su telón de fondo no es algún país totalitario tras la cortina de hierro, sino los círculos literarios de Cambridge y Sussex.
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En el puesto once del listado de Ceballos encontramos a una moderna Mata Hari, Constance, «reclutada» para llevar a cabo una importante misión de infiltración en Corea del Norte. Se trata de una obra que pertenece tanto al género de espionaje, como a la sátira o la novela negra. Jean Echenoz, en Enviada especial, juega con los géneros literarios, brindándonos una novela de espías que sale de lo común.
“Con gran sentido del humor y una ironía al estilo de Georges Perec o Raymond Queneau, con Enviada especial se embarcó en un texto que parodia las novelas de espías: un malentendido por aquí y por allá y siempre sin querer hacer lo que finalmente hace, Constance, la protagonista de esta historia, termina de espía parisina en tierras de Kim Jong-Un", nos dice Paula Conde en “Una espía francesa en la misteriosa Corea del Norte”, aparecido en la sección de Cultura del diario Clarin del 30/07/2019.
En el puesto 13 de la lista, pero no por eso de mala suerte, tenemos a "¿Quién es Vera Kelly?", de Rosalie Knecht. El mejor libro del año Según
Cuenta la historia de Vera, una joven que se mudó de la ciudad de Nueva York a Buenos Aires para monitorear un golpe inminente. Entre su atracción por un estudiante revolucionario y su incertidumbre política, Vera pronto se encuentra un poco hasta el cuello. La novela cambia desde el tiempo de Vera en Argentina al cumplimiento de la mayoría de edad que la lleva a la vida de espía.
Mejor libro del año 2018 según la publicación NPR y calificada como "Una deliciosa manera de pasar páginas... Vera Kelly presenta una nueva y fascinante espía del canon de misterio de la literatura, una que esperamos permanezca mucho tiempo después de este ágil e íntimo debut", por Entertainment Weekly.
Es el año 1962 y Vera Kelly irá de Nueva york a Buenos Aires, para espiar e infiltrarse en grupos juveniles radicales. Allí “Vera descubre que la Guerra Fría genera compañeros de cama extraños e inesperados, y se ve obligada a tomar medidas extremas para salvarse. Una emocionante y perspicaz historia sobre la mayoría de edad, ¿Quién es Vera Kelly? presenta a una espía original, irónica e inteligente para el siglo XXI”, puede leerse en alguna reseña editorial.
Hemos aportado también nuestro grano de arena a los personajes femeninos de espías. Un género en el cual hemos reincidido con dos mujeres bastante opuestas.
“El Juego de las dudas”, novela que resultó ganadora del premio Leer y Leer en la categoría suspenso en el 2015, en una historia mezcla policial y amor, en medio de la lucha tecnología durante el conflicto de la Guerra Fría tuvo una protagonista femenina que se las traía. Eloisa era una mujer joven, bellísima y muy inteligente pero que también arrastraba lo suyo por dentro. Una existencia al límite en muchas cosas, que la ha llevado a deshumanizarse. Formaba en las filas de la Stasi de la Alemania oriental, todo lo que hace “se halla envuelto siempre en un velo de misterio. Cautiva tanto por belleza como por esa parte oculta, oscura suya”, como se expresó en un comentario de la época de su presentación.
En contraste, Gabrielle Sterling, la protagonista de “La traidora” no es una profesional del ramo, sino una joven mujer común, también brillante pero que debe lidiar con la invisibilidad a que condenan todos sus esfuerzos en un mundo de hombres en ese Civil Service británico de 1982.
No podemos dejar fuera de estas espías femeninas la saga de Liz Carlyle, ficticia agente del servicio de antiterrorismo de MI5, el servicio de inteligencia doméstico británico, escritas por la gran pluma de Stella Rimington, quien a su vez fue miembro de esa organización, que llegó a dirigir. Son más de una decena de títulos desde En riesgo, publicado en 2004. Pero si me preguntan, “El topo” de 2010, es mi preferida. Allí Liz debe lidiar tanto con la cacería silenciosa de un traidor, como con los problemas de una mujer soltera o las enfermedades de su madre.
En suma, tal como en la vida real, también en la ficción literaria los espías tienen rostro de mujer, aun cuando no se note mucho. Quizás, por pegárseles ese sigilo que las caracteriza, mucho más que a sus contrapartes varones, en la actividad real.
Un amor rebelde en una época convulsa
