Una mujer empoderada
La Traidora puede leerse desde varias perspectivas. Como una novela clásica de espías, con suspenso e intriga a cada paso. También, la historia de un amor bastante heterodoxo, en que la pulsión sexual entre ambos protagonistas va in crescendo. Incluso, en contra de su seguridad o conveniencia. Me gustan ambas, pero si me preguntan, le quedo con la tercera: aquella que muestra el camino del empoderamiento de una mujer valerosa, en medio de un mundo que le juega bastante en contra.
En la ciudad de Londres, por abril de 1982 la vida de Gabrielle Sterling se ha convertido en algo gris y no ha logrado ninguno de sus sueños. Ni en lo profesional, ni menos en cuanto al amor. Vive contra corriente, plagada de malas noticias. Su jefe con quien tenía una relación la ha engañado y su carrera en el servicio civil británico parece detenida.
En medio de esa gris existencia, la vida la sorprende, cuando un hombre misterioso le hace una peligrosa propuesta. Es algo que va en contra de todos los principios en que ha sido educada, aunque también le revela una parte suya que tenía olvidada: la identidad que su madre le inculcó, a escondidas.
La historia de Gabbs, nos recuerda que ser una mujer empoderada no significa repetir los patrones de liderazgo tradicionalmente masculinos, sino que pasa por ser capaz de encontrar su propia y diferente forma de vivir con ganas e inspiración.
De acuerdo al Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, empoderar significa “dar a alguien autoridad, influencia o conocimiento para hacer algo”. De allí que el empoderamiento femenino representa una toma de conciencia, de que se posee esa capacidad para ser dueña de su propia existencia, única constructora de sus acciones, y, en definitiva, de vivir con pasión y metas.
Es de tal forma que pasará de estar pendiente de la aprobación de otros, sintiendo culpa por casi todo, menospreciándose a sí misma, a embarcarse en la aventura más conmocionante de su vida, bajo las directrices de un hombre tan apuesto como misterioso, con la palabra peligro gravada en todas partes, de quien sin embargo no puede dejar de sentirse cada vez más atraída.
La historia de Gabbs, contada en La Traidora nos recuerda que ser una mujer empoderada no significa repetir los patrones de liderazgo tradicionalmente masculinos, sino que pasa por hallar en lo profundo de uno mismo, la propia y personal forma de vivir, a la medida de sus deseos.
Desde siempre, Gabbs se ha sentido fuera de lugar y tironeaba por fuerzas opuestas. Nacida en Buenos Aires pero criada en Inglaterra, de padre inglés y madre argentina, viviendo desde niña en el gran Londres pero pasando veranos en la costa bonaerense, disputada entre dos idiomas, dos religiones, la metodista de su padre y la católica de su madre, dos culturas y dos banderas.
La inesperada crisis por las islas Malvinas en ese año, que desembocaría en una guerra abierta poco después, marcará un punto de no retorno para ella. Deberá tomar decisiones difíciles y sin posibilidad de dar luego un paso atrás.
No se trata tanto de elegir un bando, sino de entender quien realmente es ella.
Es por eso que no es tanto el acto de traicionar, sino de permanecer, por una vez, leal a sí misma. Algo que cuesta y mucho.
Descubrirá entonces, para su asombro a una Gabbs distinta, que puede llevar a cabo cosas que ni había pensado. Actos de riesgo que entrañan un peligro cierto para ella. Más aun, con el servicio de seguridad interna inglés pisándole los talones. Pero también, nunca antes se había sentido tan viva. Ni tan atraída por un hombre del que no sabe siquiera cómo se llama.
En definitiva, empoderada.
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