Cuando la Patagonia fue el Lejano Oeste

 


por Ariel Patagno


Conocido en el género histórico-romántico como uno de los más detallistas y documentados autores, el escritor mediterráneo Luis Carranza Torres, en su novela “Senderos de odio”, editada por Del Fondo Editorial, narra en la magnificencia de la región cordillerana patagónica, en la segunda década del siglo XX, una historia de pérdida y encuentros, de odio y amores, donde el valor de la amistad, la pulsión de deseo y el ánimo de venganza tejen una historia de romance y suspenso entre la refinada Capital del Plata, lo rústico y riesgosa de la vida a la vera del lago Nahuel Huapi y las verdades ocultas al otro lado de la cordillera.

Andrea Viveca Sanz en acaso la primera nota sobre la novela, recién presentada en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires 2024 la describió con estas fuertes palabras:  

Es un disparo. Y otro. Es la sangre derramándose, la muerte que clama. 

Es un latido seco, la llamarada y el viento que derriba fronteras. 

Es el sonido de las armas, un corte en la piel, en el tiempo. 

Son los límites, los territorios de la guerra y de los cuerpos. 

Son las batallas internas y en las orillas de la vida, el amor.

Ambientada entre 1922 y 1923, por tal época Río Negro no es provincia sino un territorio nacional, Bariloche apenas pasa de los mil habitantes y al otro lado de la frontera, Puerto Montt no tiene puerto todavía. El parque nacional solo existe en los papeles. Se trata de una tierra agreste, feroz y lejana, donde se forjan hombres rudos y mujeres aun más rudas. Una vida en continua lucha no sólo contra la naturaleza salvaje, sino también contra las peores pasiones humanas que hacían de ese territorio indómito, un sitio donde matar podía ser tan fácil como morir.

Gabriel Rafart en su libro “Ley y bandolerismos en la Patagonia argentina, 1890-1940” cuenta sobre dicho período: “El bandolerismo tuvo su despliegue en la Patagonia entre fines del siglo XIX y principios del XX. Fue expresión de formas de violencias del mundo rural en situación de frontera. Hubo bandidos de “leyenda”, otros expresaban una figura rapaz y criminal. 

Oscar Fermín Lapalma, quien además de ganar fama a fines de 1933 por la navegación desde Bariloche hasta Viedma, por los ríos Limay y Negro, fue designado un año después como fiscal del Juzgado Letrado recién trasladado a General Roca desde la capital de Río Negro, decía poco antes, el 30 de junio de 1932 en el diario Río Negro:  “La Patagonia, con sus inmensas zonas deshabitadas, con su enorme extensión llena de accidentes topográficos, con sus grandísimas pampas inhóspitas del centro, sus bosques de la cordillera, con la escasez de centros de población, analfabeta, diseminada sin cohesión familiar en su mayoría, ha tenido que producir esta temible manifestación de la criminalidad: el bandolerismo”.

En el inicio de la novela, es precisamente una partida de tales bandoleros lo que hacen perder, a sangre y fuego, todo lo perdible a Guillermo Kepler, un austríaco nacionalizado argentino, soldado sobreviviente de la Primera Guerra Mundial. Un conflicto del que salió mal librado, sin heridas en el cuerpo pero poblado de ellas en el alma. 

Como cuenta Alejandro Aguado en "El Viejo Oeste de la Patagonia", hasta la década de 1930, los colonos, que gustaban de llamarse asimismo "pioners", en su mayoría hombres rudos, solitarios y de portar armas a la vista, se rigieron por la ley del más fuerte, aquella que impone su razón a fuerza de derramar sangre. 

Es precisamente a esa regla que un otrora pacífico Kepler se pliega para concretar su venganza. No importa lo que los poderosos detrás de esa partida bestial manden para desalentarlo, empezando por el ofrecimiento de dinero. 

Como dice el protagonista en una parte de la novela: "El dinero solo cubre lo que puede pagarse con dinero. El tema de las vidas va por otro lado." La sangre derramada, solo se paga con sangre. 

Es interesante que además de la historia que cuenta, con mucho suspenso en la acción a la par de una pasión amorosa muy descripta, trata temas no menores respecto de la justicia por propia mano, el capacidad del perdón y la necesidad de revancha frente a las injusticias.

Está también tocado el tema de los funcionarios del estados, sean jueces o policías, sobrepasados por tener que ejercer una función sin los medios necesarios. O la ineficacia de ciertos órganos como una olvidada justicia letrada de los territorios nacionales, puesta más para salvar las formas que otra cosa, cuando se enfrenta a poderosos.

¿Qué pasa cuando el Estado que debe cuidar nuestras vidas y bienes no lo hace, sea porque no puede, no sabe o no quiere? Se trata de una de las preguntas más humanas y sentidas del libro. 

Un destacado merece la figura de Ema, la mujer enredada tanto en el misterio como en sus propios demonios que cruzará caminos con Kepler. Alguien que tiene mucho más que ver de lo que parece en ese camino de venganza que ha emprendido. 

Muy interesante además, es la figura del narrador de la historia, el juez encargado de llevar la investigación por la muerte de la familia de Kepler y el robo de su campo, que se mete y sale de la trama mostrando un recurso literario por demás eficaz cuya intensidad se revela particularmente en el fin de la historia, impensado por cierto para el lector.

Todo ello, en definitiva, conforma el rostro de una muy buena novela, con ritmo de western a lo patagónico y la intensidad de una historia de amor distinta e intensa. 


Para leer más en el blog:

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 El eterno errante








SOBRE EL AUTOR DE LA NOVELA: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversas asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El Corazón de la Espada (2020), Germánicus. Entre Marte y Venus (2021), Los Extraños de Mayo (2022), La Traidora (2023) y Senderos de Odio (2024). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y como autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.


Un territorio de frontera.
Un crimen atroz que va a vengarse.
Un hombre arrasado por la guerra.
Una mujer marcada por su pasado.

San Carlos de Bariloche, a fines de 1922. Por entonces, un poblado en el territorio nacional de Río Negro junto al lago Nahuel Huapi, en Argentina. 
A Guillermo Kepler, naturalizado argentino, una partida de bandoleros le mata a su familia, le roba sus caballos y le incendia su casa; le disparan hasta darlo por muerto, cayendo en las heladas aguas del lago. Pero, como en la guerra, sobrevive una vez más. 
Obediente de las leyes y los gobiernos hasta entonces, decide que ya es suficiente. Y ante las complicaciones que la resolución del caso tiene para el juez letrado y la policía local, hará justicia por mano propia. Pero aquellos que han destruido su vida tienen influencias poderosas al otro lado de la cordillera, en Chile. 
En su camino de venganza, cruzará destino con Ema, una enigmática mujer, tan herida y presa de tanta oscuridad como él mismo. Descubrirá entonces que ese destino, que puede ser muy cruel a veces, también, del modo más extraño, arroja a su paso ciertas segundas oportunidades. Pero el precio que deberá pagar no será fácil ni simple. Porque cuando se transitan senderos de odio, nadie sale sin heridas. 
Luis Carranza Torres ha escrito una novela de amor en tiempos de venganza, donde dar lugar a lo importante a veces queda relegado por el dolor.

 




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