Bomb Alley, cuadro de Robert Grant Smith
por Luis Carranza Torres
"Bomb Alley" o "Callejón de las Bombas" es un término acuñado por los británicos que se refiere a una zona de la Bahía San Carlos, en las Islas Malvinas, donde hubo intensos combates aeronavales durante la guerra de 1982. Los británicos, en su intento de desembarcar tropas, sufrieron ataques aéreos de la Fuerza Aérea y Aviación Naval Argentina en esta zona, lo que la convirtió en un lugar de intensa actividad bélica.
Rastreando el origen del nombre, dimos conque no es la primera vez que los ingleses empleaban la denominación. Durante la Segunda Guerra Mundial, conforme los recuerdos de Wyn, Dick y su hija Hilary en la zona de Petts Wood, en Kent, recogida en un archivo de memorias del público sobre dicho conflicto recopilado on line por la BBC en "WW2 People's War", encontramos en una de sus entradas, un relato bajo el título de "Life in Bomb Alley", en que se expresaba: "Durante la guerra vivíamos en el «Callejón de las Bombas», llamado así porque estaba en la ruta directa de los bombarderos enemigos rumbo a Londres. Además, estaba a pocos kilómetros del aeródromo de Biggin Hill".
Como nos dicen Cicalesi y Rivas: "El 21 de mayo de 1982, las fuerzas británicas comenzaron a desembarcar en la bahía de San Carlos, dando así inicio a las operaciones terrestres de la Guerra de las Malvinas. El alto mando argentino, en cuanto recibió los primeros informes de inteligencia sobre el desembarco, planeó bombardear la flota británica. A pesar de la pérdida de doce aviones de combate, los daños causados a los buques de la Royal Navy fueron considerables, sobre todo si consideramos que la Fuerza Aérea Argentina (FAA) y el Comando de Aviación Naval (COAN) operaban con aeronaves muy antiguas. Ese día, nació la leyenda del Callejón de las Bombas".
La flota británica entró en el estrecho de San Carlos durante la noche y a las 02:50 fue avistada por Equipo de Combate Güemes, una fuerza de infantería del Ejército Argentino que abrió fuego con morteros de 81 mm y dos rifles sin retroceso de 105 mm. Pronto fueron atacados por fuego naval británico y un equipo del Special Boat Service (SBS), el equivalente en la marina inglesa del SAS, de 25 hombres, siendo obligados a retirarse, derribando a dos helicópteros Gazelle en la maniobra.
A las 10:00 h., un avión de combate Aermacchi MB-339 del Comando de Aviación Naval, con base en el Aeródromo Malvinas, piloteado por el Teniente de Navío Guillermo Owen Crippa fue enviado a San Carlos en un vuelo de reconocimiento, para verificar si se trataba de un desembarco o una operación de distracción.
Al encontrarse con catorce buques ingleses, maniobró entre ellos para evitar le dispararan, atacando el primero en su trayectoria, la Fragata HMS Argonaut, lanzando un cohete Zuni de 127 mm. Abrió asimismo fuego sobre la infraestructura del buque con cañones de 30 mm y cohetes, en un intento por afectar sus radares.
Cuatro aviones Pucarás desde el Aeródromo Cóndor en Pradera del Ganso hostigaron las posiciones del SAS que dirigían el fuego naval, siendo derribados dos de ellos.
Ese primer día, “al atardecer, doce aeronaves argentinas se habían perdido y cuatro pilotos habían fallecido: tres de la Fuerza Aérea y un aviador naval. En total, la FAA realizó 50 incursiones y la COAN cuatro ese día, causando daños considerables a los buques británicos Arrow, Alacrity, Brilliant y Broadsword, dejando fuera de servicio durante el resto del conflicto al Antrim y al Argonaut, y hundiendo al Ardent. Las operaciones aéreas argentinas contra la flota británica en el llamado "Callejón de las Bombas" continuarían hasta el 27 y, en el proceso, el Antelope y el Coventry serían hundidos, mientras que el Sir Lancelot, el Sir Bedivere, el Sir Gallahad, el Fearless y el Avenger sufrirían graves daños. Los resultados son realmente impresionantes si se considera la antigüedad y la obsolescencia de la aviación argentina; también hablan a las claras de la habilidad, el ingenio y la valentía de los pilotos argentinos", en palabras de Cicalesi y Rivas.
A pesar de una densa red de defensa aérea británica, desde tierra y los buques, así como las patrullas aéreas de combate de los Harriers, los pilotos argentinos lograron atacar sus objetivos, pero las deficiencias en las espoletas de sus bombas, por la bajísima altitud a que eran lanzadas, impidieron mejores logros. Varias de las bombas impactaron en buques británicos sin detonar. Gethin Chamberlain reprodujo en su artículo "¿Podrían las fuerzas británicas retomar las Malvinas hoy?" con motivo de los 20 años del conflicto que Lord Craig, mariscal del aire británico, retirado de la RAF y que durante el conflicto se desempeñó como subjefe del estado mayor de la RAF, comentó al respecto: «Con seis mejores espoletas y habríamos perdido» (“Six better fuses and we would have lost.”). Fueron, en su opinión, los fallos de esos mecanismos lo que realmente salvó la operación para los ingleses.

Fotos como la de la explosión del HMS Antelope, impactada por una bomba argentina que estaba siendo desactivada, o filmaciones de aviones argentinos pasando por encima de las antenas de comunicaciones de los buques, ganaron las portadas de las publicaciones de la época.
“Creo que los pilotos argentinos están demostrando una gran valentía, sería una tontería de mi parte decir otra cosa”, admitió John Nott , Ministro de Defensa británico, por la época.
El avión de salto subsónico Harrier , armado con el misil aire-aire AIM-9L Sidewinder , demostró ser capaz como caza de superioridad aérea, pero nunca pudo asegurar una cobertura aérea que impidiera los ataques argentinos.
Como dicen Cicalesi y Rivas, los pilotos argentinos: "No pudieron detener a los británicos, pero sin duda impresionaron al mundo con sus acciones. Como dijo el as francés de la Segunda Guerra Mundial, Pierre Clostermann, en una carta a los pilotos argentinos: “Nunca en la historia de la guerra desde 1944, los pilotos tuvieron que enfrentar una terrible conjunción de obstáculos mortales, ni los pilotos de la RAF sobre Londres en 1940 ni los de la Luftwaffe en 1945”.
Estas acciones tuvieron un profundo impacto en la práctica naval posterior. Durante la década de 1980, la mayoría de los buques de guerra de las armadas de todo el mundo fueron modernizados con sistemas de armas de corto alcance y cañones para su autodefensa, así como volver al metal en lugar de los materiales compuestos, que se revelaron peligrosamente combustibles, para su fabricación.
Tras el conflicto, las acciones aéreas sobre el estrecho de San Carlos, fueron un tópico abordado desde diversas manifestaciones de la cultura. Por caso, Robert Grant Smith, un pintor estadounidense nacido en 1914 y fallecido en 2001 que ha hecho recurrentemente obras sobre la aviación naval en las guerras le dedicó uno de sus cuadros, en que puede verse a cazabombarderos A-4 Skyhawk de la Marina Argentina, atacando a la Task Force británica en San Carlos.
Hubo asimismo, un juego de computadora de la empresa SSL sobre la guerra aérea en el mediterráneo durante la Segunda Guerra Mundial, lanzando en ese año 1982, que tomó el nombre prestado: Bomb Alley.
En cuanto a los libros especialmente dedicados al tópico, David Yates publicó en 2006 “Bomb Alley: Aboard HMS Antrim at war”. Nacido en Berkshire en 1957, sirvió en la Royal Navy de 1976 a 2000 y participando en la Guerra de las Malvinas de 1982 y la Primera Guerra del Golfo de 1991. El libro es su relato personal de la Guerra de las Malvinas a bordo del HMS Antrim.
Como se dijo en las reseñas del libro: “Esta es una historia no contada de la Guerra de las Malvinas, vivida por un marinero de cubierta en uno de los buques más importantes enviados al Atlántico Sur. Es un relato sin tapujos, visto a través de los ojos de un oficial de la Marina Real Británica que compartió el terror del primer encuentro con las fuerzas argentinas cuando Georgia del Sur fue recuperada de los invasores en la Operación Paraquat. Posteriormente, el HMS Antrim lideró el primer ataque al Estrecho Norte de las Malvinas, donde destruyó las defensas enemigas y posteriormente se convirtió en parte de la principal fuerza de defensa antiaérea en el infame "Callejón de las Bombas" o aguas de San Carlos. Durante uno de los numerosos ataques aéreos, el buque fue alcanzado por una bomba que destruyó su sistema de misiles defensivos, pero por pura casualidad la bomba no explotó y permaneció a bordo encajada en los "topes" de popa. Alrededor del buque siniestrado, otros buques de la Marina Real Británica sufrían un castigo extremo por el ataque casi continuo de los aviones argentinos que volaban a baja altura. El HMS Antelope, el HMS Coventry y el Atlantic Conveyor se perdieron en un corto período de tiempo mientras el ejército intentaba establecer una cabeza de puente.”
En 2021, Mario Fernando Benedetti publicó “Los halcones del Bomb Alley”, un libro de 710 en donde se recoge la historia de los pilotos de la V Brigada Aérea, mecánicos y viudas durante la Guerra de Malvinas, con foco en el "Bomb Alley", el área costera del río San Carlos donde se desarrollaron intensos combates entre aviones y buques.
El libro se divide en dos partes, una previa al conflicto que comienza en Villa Reynolds, con la fundación de la V Brigada y las historias de sus integrantes; y una segunda parte con el desarrollo de la guerra y sus vivencias.
Todas ellas pruebas, décadas después de ocurrida la batalla de San Carlos, que la demostración de coraje allí puesta en evidencia por los pilotos argentinos, sigue capturando la admiración, incluso, de sus adversarios.
Fuentes:
BBC (2003/2006). Life in Bomb Alley, postado por "hilanne" el 11 de noviembre de 2005 en "WW2 People's War". Archivo en línea.
Chamberlain, Gethin (5 de abril de 2002). "¿Podrían las fuerzas británicas retomar las Malvinas hoy?" . The Scotsman , pág. 12.
Cicalesi, Juan Carlos y Rivas, Santiago (30 de mayo de 2022) The Birth of “Bomb Alley”. The Latin American Aviation Historical Society.
El Diario de la República (25 de octubre de 2021). "Los halcones del Bomb Alley": homenajes al aire.
Freedman, Lawrence (2005) Historia Oficial de la Campaña de las Malvinas . Volumen II. Abingdon.
Meunier, Claudio (2016). Jamás serán olvidados. Baloonia.
Ruiz Moreno (h), Isidoro (2016) [1986]. Comandos en acción (2.ª edición). Claridad.
Yates, David (2006). Bomb Alley: Aboard HMS Antrim at war. Pen & Sword.
Para leer más del tema en el blog:
Una ciudad: Londres.
Una mujer cruzada por dos naciones.
Una guerra inesperada.
Un hombre misterioso.
Una historia de espías.
Un amor que no distingue banderas.
En abril de 1982 nada parece ir bien en la vida de Gabrielle Sterling. La relación con su jefe ha terminado en una desilusión amorosa y su carrera en el servicio civil británico no avanza. Sin embargo, la vida la sorprende cuando un hombre misterioso le hace una propuesta peligrosa. De aceptar, deberá traicionar los principios en que ha sido educada, aunque también rescatará es parte olvidada que su madre le inculcó.
Tironeada por dos banderas, deberá elegir un bando en un conflicto que día a día se muestra más próximo. En ese proceso, pondrá su propia vida en juego mientras se siente cada vez más atraída por ese hombre misterioso.
En tanto la guerra escala, intrigas, pasiones y acontecimientos imprevistos la llevarán donde nunca antes había pensado estar, mientras quienes la persiguen se hallan más cerca de descubrirla.
En medio de esa incertidumbre, Gabrielle se sentirá más viva que nunca. Tal vez no esté traicionando a nadie, sino encontrándose, por primera vez, consigo misma.