En realidad eran trece y no había patíbulo


por Luis Carranza Torres

Los Doce del Patíbulo (The Dirty Dozen, en su título original) es una película de guerra y acción de 1967, dirigida por Robert Aldrich, que reviste una gran importancia, frecuentemente subestimada, para el género del cine de acción, trascendiendo en su influencia la categoría del “cine bélico”.

Tres son los pilares en que se apoya su legado de cara a lo fílmico. El primero de ellos fue establecimiento de la fórmula narrativa de la misión suicida a llevar a cabo por un equipo de inadaptados. Algo en lo que no fue original, pero sí que popularizó de cara a las futuras tramas.

El segundo resulta el arquetipo del alma extraviada, frente a una promesa de redención. Gente mala que por interés accede a llevar a cabo algo casi imposible pero beneficioso para un colectivo (ejército, país) actuando por primera vez de forma “correcta”.

Por último, todos estos inadaptados o convictos se aúnan en un equipo bajo una figura de autoridad tan fuerte, como dotada de la moralidad que ellos carecen. Alguien que, por sus modos, desentona con lo institucionalmente correcto.

Muchos resultan los filmes que han recibido tal influencia. Desde Pelotón Infernal (Kelly's Heroes, en su título original) de 1970 a Reservoir Dogs de 1992 o Bastardos Sin Gloria (Inglourious Basterds) de Quentin Tarantino en 2009. Por citar solo algunos.

La película marcó asimismo una ruptura con el cine bélico tradicional, que tendía a ser más patriótico y heroico. Mostrando la violencia de modo más brutal y descarnado, sin el brillo de gloria alguna. Se trata de un relato casi nihilista, que anticipó la llegada de películas de acción más oscuras y gráficas de finales de las décadas de 1960 y 1970.

A lo largo de toda la historia, la línea entre el "bueno" y el "malo" se difumina, yendo y viniendo en una ancha franja gris, perfectamente a tono con una visión cínica y crítica de la guerra y quienes toman parte de ella. No hay héroes, sino antihéroes que atraen por su particular carisma.

El recurso del elenco estelar (Lee Marvin, Charles Bronson, Telly Savalas, Donald Sutherland, John Cassavetes, entre otros) como gancho tanto para la acción como la calidad de las interacciones, fue algo que se reiteró luego hasta el infinito fílmico.

Poco se sabe que tiene origen en la novela de Erwin Nathanson Filthy Thirteen. El cual, a su vez, se halla inspirada en una unidad real aunque informal del ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, que se apodaba de tal forma.

Pertenecían 1.ª Sección de Demolición de la Compañía del Cuartel General del Regimiento del 506.º Regimiento de Infantería Paracaidista , dentro a su vez de la 101.ª División Aerotransportada.

El Día D, los “Filthy Thirteen” se lanzaron en paracaídas sobre Francia para cruzar un puente sobre el río Douve en una arriesgada misión "que costaría la vida a la mayoría de los hombres", según un artículo publicado en la edición de invierno de 2008-2009 de American Valour Quarterly, una publicación del Centro de Veteranos de Estados Unidos.

Los Filthy Thirteen también ayudaron a capturar Carentan. Y durante la Operación Market Garden , fueron asignados a la defensa de los tres puentes sobre el río Dommel en Eindhoven, Países Bajos. 

Poco antes de la Batalla de las Ardenas, fueron solicitados como exploradores y se lanzaron en paracaídas sobre Bastogne, ciudad sitiada por las fuerzas alemanas, a fin de guiar a los aviones que transportaban suministros urgentemente necesarios.

El corresponsal de guerra Tom Hoge escribió el primer artículo sobre estos paracaidistas y a él se deba el apodo de "Los Trece Inmundos" (Filthy Thirteen) en un artículo para el periódico Stars and Stripes, el 9 de junio de 1944. La denominación al parecer, surge en el hecho de no ser demasiado afectos a bañarse.

Por lo que, desde un punto de vista histórico, ni eran doce ni tampoco convictos. Aunque sí tenían una reputación de revoltosos, sobre todo por la tendencia a pelearse, beber y pasar tiempo en la prisión por infracciones militares varias.

"Siempre estábamos en problemas", recordaría uno de sus miembros Jack Agnew, en una entrevista a Nick Allen para el diario Daily Telegraph. "No éramos asesinos ni nada por el estilo, simplemente no hacíamos todo lo que se suponía que debíamos hacer en ciertos aspectos, y hacíamos mucho más de lo que querían que hiciéramos en otros".

En 1965, Nathanson escribió la novela de guerra homónima, referida a un grupo de doce militares condenados por robo, asesinato y violación, enviados en una misión suicida para volar un castillo de generales alemanes justo antes del Día D con la promesa de conmutar las sentencias a los que sobrevivieran.

Nathanson había escuchado la historia de su amigo productor Russ Meyer , quien dijo haberla oído mientras era fotógrafo de combate de la Segunda Guerra Mundial . Investigó en vano durante dos años para verificar la exactitud de la historia antes de recibir un contrato para la novela ficticia, que vendió más de dos millones de copias en diez idiomas.

Lejos de la historia, como suele pasar con Hollywood, la película acomodó a las necesidades de un éxito de taquilla el filme. Se estrenó el 15 de junio de 1967, recaudando 45 millones de dólares con un presupuesto de 5 millones.

Tal resultado económico, además de tres candidaturas al Oscar (mejor actor de reparto con John Cassavetes, mejor montaje y mejor sonido), ganado el Premio de la Academia a los mejores efectos de sonidos, fue iniciar una serie de películas e instalar el arquetipo del cine de acción de grupo de inadaptados con misiones de alto riesgo, así como una forma de narrar de tono sombrío roto por un humor cáustico y su violencia sin adornos merced al despliegue de una galería de atrayentes antihéroes.


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La familia López de Madariaga llega a Berlín, porque Ignacio, médico y político, jefe de la familia, va a ocupar el cargo de embajador argentino ante el III Reich. Hitler hace poco que ha subido al poder, pero Alemania ya se ha disfrazado del culto a su persona, de intolerancia y soberbia, de una desmesura que solo podía terminar en una guerra.
En ese contexto, la embajada se vuelve un lugar lleno de intrigas, de espías, de jerarcas nazis que fingen una docilidad que no poseen. Lucrecia, la mujer del embajador, descendiente de alemanes, se fascina con el nacionalsocialismo, se siente parte del cambio y del orgullo que propone Hitler. La hija del matrimonio, Constanza, va a descubrir, en una Berlín atribulada, la noche, el jazz, el amor, las incontables formas del deseo, la traición.
Entre ambas mujeres que se admiran y recelan, estará Ignacio, diplomático al fin, como un árbitro imparcial. También mostrará que un embajador no le debe cuentas solo a su patria, sino que el honor que representa se lo debe también a la historia y a su tiempo.
Luis Carranza Torres ha escrito uno de esos raros milagros literarios, una novela cuyos personajes siguen en la cabeza del lector mucho después de haber terminado el libro. Mujeres de invierno es un clásico inmediato de nuestro tiempo.




Cuatro preguntas clave sobre la Saga de la Segunda Guerra Mundial 

📌 ¿Cuántas novelas son?
Está compuesta por tres libros: "Mujeres de invierno", "Hijos de la tormenta" y "Náufragos en un mundo extraño".

📌 ¿Quiénes son los personajes principales?
Tiene como protagonista a la familia López de Madariaga y comienza con su viaje a Berlín 🇩🇪, ciudad donde Ignacio ocupará el puesto de embajador argentino.

📌 ¿Cuándo ocurre?
Comienza en los años 30,  por lo que los personajes serán testigos de cada momento desde el ascenso del Tercer Reich y se extiende hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

📌 ¿Qué temáticas se ponen en juego?
La Alemania más oscura es escenario de un abanico de historias tan intensas como atrapantes: redes de espionaje, amor, poder, pasión y una reconstrucción histórica exhaustiva de aquellos tiempos difíciles y desafiantes.

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