Novelar la historia
por Luis Carranza Torres
Construir una novela a partir de hechos históricos es un proceso por demás fascinante, un gran desafío que suma a las exigencias estilísticas, la reconstrucción de una época, a veces hasta llegar a detalles menores.
Se inscribe tal acto creador dentro del género fascinante conocido como Novela Histórica, que exige un equilibrio delicado entre la rigurosidad histórica y la licencia ficcional. Dos elementos que estarán a lo largo de todo el camino literario en un permanente tira y afloja.
Cuanto mejor se conjuguen, mayor calidad tendrá la obra. Se trata de lograr un equilibrio Arte-Verdad. De allí que el principal desafío de la Novela Histórica sea la coexistencia integrada en el desarrollo del texto de la veracidad histórica con la verosimilitud literaria.
Analizando cada una de ellas tenemos que:
1. El Rigor Histórico o Veracidad se traduce en:
1.1. Una Documentación Exhaustiva: La base del proceso es una investigación acabada de la época. Es decir, completa en cuanto a las necesidades de la trama a contar. Esto implica ir más allá de los hechos centrales (batallas, fechas o figuras clave) e indagar en los detalles de la vida cotidiana:
1.2. La Ambientación o Universo Narrativo: en eso las costumbres, vestimenta, jerga, estructuras sociales, creencias, alimentación, olores, y hasta la sensación de la tecnología de la época es lo que debe darle forma. Y en tal tarea, se debe evitar juzgar o manejar los hechos del pasado con los ojos del presente. Procurar entender, antes que juzgar para no caer en un anacronismo literario.
1.3. Respeto a los Hechos y Personajes Reales: Los acontecimientos y los personajes históricos que se incluyen deben ser presentados con precisión, tal como ocurrieron. La trama es en función de los hechos y no al revés. Este es un punto central para escribir dentro de los cánones del género. No puede alterarse la verdad histórica, aunque sí frente a diversas tesis de por qué sucedió algo o entender algo que no se halla establecido con rigor, puede tomarse aquella que favorezca mejor a la trama.
2. La Licencia Ficcional o Verosimilitud por su parte implica los elementos que el autor sitúa en la trama de ficción. en tal sentido, el aspecto central de la obra es una trama creada por el escritor aun cuando tome personajes menores o anónimos para tejer tal narrativa. Aquí es donde la libertad creativa del novelista florece, siendo su objetivo:
2.1. Humanizar la historia: A diferencia de la historia tradicional, centrada en los grandes eventos, la novela histórica generalmente cuenta la historia "desde abajo", a través de la experiencia íntima de un individuo (ficticio o secundario) que vive los grandes sucesos. Incluso si se tomara un personaje central de la historia (Julio César, Napoleón) se lo toma desde su cotidianeidad íntima. Esto tiene como resultado una interpelación al lector sobre la condición humana en la época.
2.2. Calidad de estilo y tono: Uno de los grandes desafíos al producir una obra del género es que el estilo debe ser "coherente", en el sentido de guardar relación con el ambiente histórico, pero también resultar accesible para el lector moderno. En tal sentido, se deben evitar los textos "científicos" llenos de datos y referencias, y en su lugar, integrar la información histórica de forma natural en las descripciones y diálogos. La historia no debe diferenciarse de la narración de la trama.
Perspectiva Estilística
El cómo se narra es tan vital como el qué se narra. En tal sentido, la elección de la voz narrativa moldea la percepción del pasado.
De tal forma, una Tercera Persona Omnisciente (el narrador tradicional que sabe todo de todos) es una elección común en el género clásico (ej. *Guerra y Paz* de Tolstói) pues permite abarcar grandes eventos y brindar múltiples perspectivas. Pero también, es la perspectiva más distante y de menor impacto en el lector respecto de lo que ocurre a los personajes
El testigo del hecho en Primera Persona, merced al uso de un personaje ficticio o secundario como narrador, dándole una "mirada oblicua" o periférica a los grandes sucesos genera una sensación de intimidad y subjetividad, que permite al autor rellenar los "huecos" que la historia oficial no registra.
Evolución y subgéneros
El género ha realizado un gran arco evolutivo desde el Romanticismo, con Sir Walter Scott, creando el género moderno hasta la actualidad.
En el siglo XIX, la Novela Histórica Clásica puso su mirada en grandes héroes y líderes, no pocas veces con una intensión pedagógica o de construcción de identidad nacional. Y un énfasis en la aventura en cuanto a los elementos de composición de la trama.
A lo largo del siglo XX y en lo que va de este siglo XXI, la Novela Histórica Posmoderna ha mostrado una mirada más crítica y autoconsciente. A menudo ha manipulado el relato histórico o usado la ucronía (historia alternativa) para cuestionar la historiografía oficial, mostrar otras perspectivas poco visibilizadas, o superar el clásico carácter narrativo y textual de la Historia misma. El Nombre de la Rosa de Umberto Eco es un buen ejemplo de ese enfoque que prioriza al ambiente y la psicología de los personajes antes que la sucesión lineal de los datos.
Asimismo, en tal evolución han surgido subgéneros que reflejan una nueva relación entre la ficción y la historia. Por caso, el de la Novela con Ambientación Histórica, que a diferencia de la Novela Histórica, los hechos históricos son solo el telón de fondo de una trama puramente ficticia que podría darse en cualquier otra época y aun de forma contemporánea.
Podemos citar como otros subgéneros más transitados, tanto por autores como lectores, al Misterio/Thriller Histórico, cuya trama central es la investigación y resolución de un crimen o enigma ambientado rigurosamente en el pasado.
La Ficción Documental por su parte incorpora no solo eventos y personajes, sino también informes, recortes de periódicos, y documentos de la época para dar una sensación de veracidad rigurosa.
En la Biografía Ficticia o Novela de Personaje se centra la mirada en la vida íntima y el proceso psicológico de una figura histórica real, llenando los vacíos documentales con invención (Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar).
Uno de los casos más particulares es el de la Historia Alternativa o Ucronía, que rompe con la verosimilitud histórica al alterar un evento clave del pasado para desarrollar las consecuencias históricas de esa alteración. Es una forma de la novela histórica que se sitúa por lo general en un área fronteriza con la Ciencia Ficción y la Fantasía; la Saga Familiar Histórica por su parte utiliza el devenir de una familia ficticia a lo largo de varias generaciones para narrar un gran periodo histórico (guerra, revolución, desarrollo de una región o país).
De hecho, en virtud de tal profusión de desgajamientos y particularizaciones, la novela histórica actual es, por naturaleza, un género híbrido, cuya vitalidad radica precisamente en su capacidad para tomar prestados elementos de la novela de aventuras, el thriller, el romance, la fantasía, e incluso el documentalismo, ofreciendo una relectura constantemente diferente de la relación entre el presente y el pasado.
La función socio-cultural de la novela histórica
No es menor de considerar que más allá de la técnica que le resulta propia, este género cumple funciones profundas para el lector contemporáneo:
1. Puente entre Pasado y Presente: Permite al lector conectar emocionalmente con personas de otras épocas. Muestra que los temas profundos (amor, poder, traición, miedo, lucha) son universales, trascendiendo las diferencias de vestimenta o tecnología.
2. Reconocimiento del "Otro": Al obligar al lector a comprender una cosmovisión diferente, fomenta la empatía y el diálogo cultural, cuestionando la supuesta superioridad del presente sobre el pasado.
A modo de colofón
Pasado en limpio y en su rasgo esencial, escribir una novela histórica es una empresa dialéctica, pues se trata de un diálogo constante entre lo que sucedió (historia) y lo que pudo haber sucedido (ficción), buscando una verdad más profunda que la mera enumeración de fechas y hechos ocurridos.
Cabe resaltar que la dialéctica literaria no es un estilo o un género en sí mismo, sino una perspectiva crítica y filosófica que se aplica al análisis y creación de la literatura y que se basa en el concepto general de dialéctica: el arte de la conversación y el método para descubrir la verdad (o al menos llevar a algún resultado) a través de la confrontación de ideas opuestas.
En esencia, la dialéctica literaria es un método que subraya la naturaleza dinámica y contradictoria de la literatura, tanto en su estructura interna como en su relación con el mundo y el lector.
En tal sentido, y en cuanto a la Novela Histórica resulta una dialéctica de género o discurso, que se verifica al confrontar en un texto a fin de su fusión diferentes discursos, uno histórico presidido por la veracidad y otro literario que debe parecer verosímil.
De allí que el arte de este género radica en que, aunque la trama sea inventada, todo lo que la rodea (contexto, detalles, atmósfera) debe ser lo suficientemente verosímil a los ojos de hoy como para percibirse como absolutamente real, llevando al lector a "vivir" con su lectura en el pasado.
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