El caso Messi
El futbolista más famoso, a juicio. Eclipsado por la fama de su imputado, el proceso tuvo no poca doctrina por detrás.
Por Luis R. Carranza
Torres
La doctrina de la
ignorancia deliberada tiene una vigencia reiterada en la jurisprudencia
española desde que fuera receptada por el Tribunal Supremo de ese país en su
Sentencia Nro. 1637/1999, dictada el 10 de enero de tal año. En términos
clásicos, resulta un supuesto de actio libera in sua causa o de
imputación extra-ordinaria; una especie de “dolo por asunción”, en donde el sujeto
es hecho responsable de su ceguera voluntaria, deliberada o intencional
incluso, como es aceptado en el common law, cuando su falta de conocimiento
deriva de una “indiferencia grosera” (grossly indiferent).
Quizás el caso más
difundido en que se la aplicó, fue el proceso por fraude fiscal seguido contra Lionel
Messi y su padre.
El 12 de junio de 2013
la Fiscalía promovió acción penal contra Messi y a su padre por fraude fiscal
por derechos de imagen que eran supuestamente cedidos y cobrados por sociedades
en el extranjero pero que le dependían. El planteo fue admitido por el juez
siendo imputados. Aun mediando el pago de lo requerido por el Fisco y habiendo
el padre asumido toda la responsabilidad, se rechazó el archivo de la causa
respecto de Lionel y el 24 de noviembre de 2015 el caso pasó del Juzgado de
Gavá a la Audiencia Provincial de Barcelona.
Dicho tribunal es el
máximo órgano judicial de la provincia de Barcelona, teniendo su sede central
en el Palacio de Justicia de la capital catalana. Su jurisdicción abarca tanto
en cuestiones civiles como penales, contando para ejercerla con veintidós “secciones”
de tres jueces, equivalentes a nuestras salas: once penales e igual número de civiles.
Dos días después de que
el Barça conquistara su quinta Liga de Campeones en Berlín en 2015 se rechazó
el último recurso pendiente por la Audiencia y envió a juicio oral la causa.
Messi fue juzgado por
la Sección Octava de dicha Audiencia. Jesús Navarro Morales y dos Mercedes,
Otero Abrodos y Armas Galve, fueron los magistrados que integraron el tribunal.
El ministerio público
solicitó durante la vista la absolución del jugador, al considerar que su
intervención fue “puramente formal” y se limitó a seguir las indicaciones de su
padre, para quien la acusación pública, en cambio, reclamó 18 meses de cárcel. Sin
embargo, la Abogacía del Estado, en representación de la Agencia Tributaria
española, solicitó 22 meses y 15 días de prisión para cada uno de ellos.
El abogado del Estado,
Mario Maza, que ya había desempeñado tal rol en un juicio similar contra Mascherano,
en la última sesión oral el 2 de junio comparó además al futbolista con un
mafioso: “Es lo mismo que el capo de una estructura criminal (…) Leo Messi
no se ocupaba de reunirse con los abogados, sino de jugar al fútbol y rendir en
los partidos (...) A Leo Messi solo le interesa el resultado final y eso era la
no tributación de los derechos de imagen”.
La defensa de Messi fue
que no estaba al corriente de los negocios entorno a él y que de ello se
ocupaba su padre, solicitando la absolución del jugador.
El 3 de junio de 2016 concluyó
la vista oral del juicio y el 7 de julio de ese año Jorge y Leo Messi fueron
condenados por fraude fiscal de 4,1 millones de euros y se les impuso una pena
de prisión de 21 meses para cada uno.
En su resolución,
respecto de Lionel, expresa: “Se advierte que el acusado decidió permanecer
en la ignorancia a lo largo del tiempo manteniendo la voluntad de no acceder a
información que pudiera resultarle relevante; se trata de una indiferencia tan
notoria que cabe considerar que se ha actuado con dolo”, ya que había “una
sospecha seria sobre la licitud del empleo de sociedades en las que el acusado
era el único socio y administrador de una de ellas, en un país que no era el de
su origen ni el de su residencia, que explotaba sus derechos a través de
sociedades interpuestas, dejando de leer todos los contratos que fue firmando”.
Apelada ante el
Tribunal Supremo, en mayo de 2017 esta instancia máxima de la judicatura, confirmó
la condena a 21 meses de cárcel por tres delitos fiscales a Leo mientras que
rebajó hasta 15 meses la pena de prisión para el padre, atendiendo a la
reparación del daño.
Tras tal decisión del
Supremo, ambos Messi solicitaron al tribunal de juicio que, en aplicación del
código penal vigente en el momento de los hechos, sustituyera las penas
privativas de libertad por una multa.
El ministerio fiscal
aceptó sustituir la pena de cárcel por una multa, a condición de una cuantía
mínima de 400 euros al día, en razón del alto poder adquisitivo de los
condenados. La Abogacía del Estado representante del Fisco, por su parte, se
opuso, entendiendo que lo procedente era la suspensión de la pena de cárcel
durante un plazo y no la sustitución definitiva por multa, pues quedaba anulado
el efecto de prevención general.
Tras expresar la
Sección Octava de la Audiencia que los beneficios de suspensión o sustitución
de la pena son facultativos del tribunal sentenciador, decidió sustituir la
pena de 21 meses de cárcel impuesta a Leo Messi por una multa de 252.000 euros
y de su padre en 180.000 euros, a razón de 400 euros por día de cárcel, por ser
tal suma “proporcionada al caso concreto”. Advirtió asimismo que de
incumplirla, se ejecutaría la pena de prisión inicialmente impuesta,
descontando el tiempo equivalente a las cuotas satisfechas.
No fue el caso. De una
forma u otra, todos los participantes buscaban dejar la cuestión por detrás. Sí
quedó, para el desarrollo de la figura de la ignorancia deliberada, un eslabón
no menor en la jurisprudencia, por los elementos involucrados en el debate más
allá de la fama del imputado.
Para leer más en el blog:
Un amor rebelde en una época convulsa
Constanza y la botadura del Bismarck
NOTICIA DEL AUTOR: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El corazón de la espada (2020), Germánicus. Entre Marte y Venus (2021) y Los Extraños de Mayo (2022). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y como autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.
Francia, mayo del 68, los estudiantes ganan las calles. Una rebelión está a punto de estallar. Y el mundo ya no volverá a ser el mismo.
En tiempos de ebullición, cuando todo parece querer estallar, es posible pensar un mundo distinto. Hay, en ese pensamiento, algo que se vuelve vital, que entusiasma: todo el tiempo se está en la barricada, hasta que, finalmente, el mundo cambia.
Alan llega a Francia. El mundo conocido por él ha quedado atrás y todo lo que sabía de este, al que acaba de llegar, ha quedado obsoleto. Ya no es la realidad atildada y circunspecta que ha conocido a través de los libros y las historias de su familia, sino que se encuentra una París en efervescencia, en la que se discute en cada café al psicoanálisis de Lacan y a los Rolling Stones, al cine de la nouvelle vague y la Guerra de Vietnam, a los hippies y a la revolución sexual.
También, además de esa realidad que lo deslumbra, Alan encuentra a Adèle, que lo guía en ese mundo nuevo para él. En medio de ese vínculo, que nace sin que lo hayan planeado, estallan las protestas del mayo francés de las que Alan y Adèle forman parte del lado de los estudiantes. Creen, como todos ellos, que pueden cambiar el mundo. Creen, también, a pesar de sentirse extraños, que son invencibles.
Autor: Luis Carranza Torres
Editorial: Vestales
Páginas: 384