El desierto, los tártaros y la espera infinita

 

Por Luis Carranza Torres

Se cumple medio siglo de la muerte del genial escritor italiano Dino Buzzati (1906-1972), un cuentista extraordinario, pero que es recordado por una de sus novelas, El desierto de los tártaros. 

Somos los libros que hemos leído, en más de un sentido. Todavía recuerdo la impresión que me dejó, comprado de segunda mano con una tapa blanda verde de editorial Sudamericana con esa figura casi fantasmal de pie en lo alto de las murallas de la "Fortaleza Bastiani". Luego la película, donde se la renombra "Bastiano" me provocó igual impresión. Uno de mis primeros cuentos, "Turno de guardia", de 1993 recoge esa influencia. 

Publicada en 1940, en plena Segunda Guerra Mundial, toca aspectos como el paso del tiempo, el efecto aniquilante de la rutina y la espera, la resignación de las expectativas de vida con el paso del tiempo. en realidad, es una historia sobre los efectos del paso del tiempo en el ser humano, abordado desde una perspectiva existencialista y algo surreal.  


Albert Camus lo tradujo al francés. Juan Rodolfo Wilcock y César Aira lo tradujeron al castellano.

 Jorge Luis Borges la calificó de obra maestra y la incluyó en la colección de su “Biblioteca personal”, escribiendo en su prólogo que se trata de una novela «regida por el método de la postergación indefinida y casi infinita». 

Rafael Argullol, en "El Héroe y lo Único", expresa sobre la novela que conecta con ese «hilo trágico», alrededor del cual se configuran obras no sólo literarias, sino también de la filosofía, así como otras manifestaciones del arte que encarnan una concepción trágica del hombre y del mundo. 

Narra la historia de Giovanni Drogo, destinado desde su egreso de la academia militar a una fortaleza fronteriza lindante con un desierto, en donde pasará toda su vida a la espera de un ataque que nunca llega y que cuando al fin parece que va a suceder, no puede tomar parte de la defensa para que tanto se ha preparado. 

Según el relato del propio autor, “Probablemente todo nació en la redacción del Corriere — el periódico donde trabaja como periodista—. De 1933 a 1939 trabajé ahí todas las noches y era un trabajo bastante pesado y monótono, y pasaban los meses, los años, y me preguntaba si seguiría así siempre, si las esperanzas, los sueños inevitables cuando uno es joven, se irían atrofiando poco a poco, si vendría o no la gran oportunidad”. 


El propio Buzzati, que además pintaba, realizó el diseño de la portada original para la obra. Se trata de un óleo sobre lienzo con ribetes surrealistas que muestra en primer plano el uniforme y la gorra de un oficial, y de fondo el desierto con en caballo negro.

Una rutina que no parecía tener fin y que perdía sentido al paso del tiempo, al punto de preguntarse si no está perdiendo el tiempo algunas veces, y si no arroja una oportunidad en ciernes al estar tentado de desistir en otras, fue transportado en la trama a un mundo militar y de frontera árida de ribetes casi fantásticos.  Fue, en opinión de Buzzati, el contexto que le pareció adecuado para enmarcar ese tipo de sentimientos existenciales. 

Era la película que Luis Buñuel quería realizar, pero terminó dirigiendo Valerio Zurlini en 1976. Sería su última película. Se trató de una ambiciosa y cara coproducción de 140 minutos entre productoras de Italia, Francia y Alemania con un reparto internacional de primeras figuras, conformado entre otros, por  Vittorio Gassman, Giuliano Gemma, Helmut Griem, Philippe Noiret, Fernando Rey, Jean-Louis Trintignant, Max Von Sydow y Francisco Rabal, con banda de sonido a cargo de Ennio Morricone. 

El rodaje se llevó a cabo en la ciudad iraní de Arg-é Bam. Obtuvo los premios a mejor director y mejor película en los Premios David de Donatello de 1977.


Alguna vez Picasso dijo que "el arte es la mentira que nos permite comprender la verdad". Se trata de una gran verdad que podemos apreciar con claridad en El desierto de los Tártaros. No es Giovanni Drogo sino nosotros, no se trata de su historia en esa fortaleza, sino de cómo ocupamos el tiempo de nuestra vida. Una cuestión universal como pocas en el ser humano.

Por lo general vista desde una perspectiva surrealista o fantástica, puede verse también como una trama psicológica, donde la tensión está dada no por el ritmo acelerado, sino por el goteo lento, pero sin pausa y sin que nada suceda del tiempo. 

En tal línea de análisis, la fortaleza es donde pretendemos refugiarnos de un mundo hostil, un estado mental que bien puede ser que no resguarde de nada exterior, sino que haya sido construido por nuestros propios fantasmas y miedos internos. Un mundo de rituales y creencias sin sustento, solo erigidas para darnos una sensación de seguridad que, a la postre, es inexistente. 

Como se vea, no deja de interpelar, de sacudir, y eso es el sello mismo de una buena historia.

Es por eso que, a medio siglo de la muerte de su autor, a ochenta y dos años de su publicación, se lee con una pasmosa actualidad. 


Para leer más en el blog:

Un amor rebelde en una época convulsa


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El día cero del Mayo Francés


Constanza y la botadura del Bismarck









NOTICIA DEL AUTOR: Luis Carranza Torres nació en Córdoba, República Argentina. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Es autor de diversas obras jurídicas y de las novelas Yo Luis de Tejeda (1996), La sombra del caudillo (2001), Los laureles del olvido (2009), Secretos en Juicio (2013), Palabras Silenciadas (2015), El Juego de las Dudas (2016), Mujeres de Invierno (2017), Secretos de un Ausente (2018), Hijos de la Tormenta (2018), Náufragos en un Mundo Extraño (2019), Germánicus. El corazón de la espada (2020), Germánicus. Entre Marte y Venus (2021) y Los Extraños de Mayo (2022). Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y como autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba. 




Francia, mayo del 68, los estudiantes ganan las calles. Una rebelión está a punto de estallar. Y el mundo ya no volverá a ser el mismo.

En tiempos de ebullición, cuando todo parece querer estallar, es posible pensar un mundo distinto. Hay, en ese pensamiento, algo que se vuelve vital, que entusiasma: todo el tiempo se está en la barricada, hasta que, finalmente, el mundo cambia.

Alan llega a Francia. El mundo conocido por él ha quedado atrás y todo lo que sabía de este, al que acaba de llegar, ha quedado obsoleto. Ya no es la realidad atildada y circunspecta que ha conocido a través de los libros y las historias de su familia, sino que se encuentra una París en efervescencia, en la que se discute en cada café al psicoanálisis de Lacan y a los Rolling Stones, al cine de la nouvelle vague y la Guerra de Vietnam, a los hippies y a la revolución sexual.

También, además de esa realidad que lo deslumbra, Alan encuentra a Adèle, que lo guía en ese mundo nuevo para él. En medio de ese vínculo, que nace sin que lo hayan planeado, estallan las protestas del mayo francés de las que Alan y Adèle forman parte del lado de los estudiantes. Creen, como todos ellos, que pueden cambiar el mundo. Creen, también, a pesar de sentirse extraños, que son invencibles.

Autor: Luis Carranza Torres

Editorial: Vestales

Páginas: 384




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