Por Luis Carranza Torres
El 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro. Desde 1988, es una celebración internacional promovida por la UNESCO. La conmemoración celebrada persigue fomentar la lectura, la publicación de libros y la protección de los derechos de los autores.
Tal fecha fue elegida en razón de resultar la fecha en que se conmemora la muerte de los dos más grandes escritores de la Humanidad: Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare.
A más de tal fecha, en la República Argentina festejamos el día nacional del libro el 15 de junio. La fecha se conmemora desde que el 15 de junio de 1908 se entregaron los premios y distinciones de un concurso literario organizado por el entonces Consejo Nacional de Mujeres de la República Argentina.
Anualmente la Biblioteca del Consejo instituyó en esa fecha la «Fiesta del Libro». El 17 de junio de 1924, por Decreto Nº 1038 el presidente Marcelo T. de Alvear, se declaró oficialmente el 15 de junio como la «Fiesta del Libro» en la Argentina. Denominación que fue modificada por una resolución del Ministerio de Educación en 1941 por «Día del Libro», que se mantiene al presente.
Conforme el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, libro es toda "obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte".
Se estima que el surgimiento y desarrollo de la escritura se dio entre los 7000 y 4000 a.C. Allí también se dio el antepasado más antiguo del libro. Apareció en la Mesopotamia meridional, como el necesario soporte de tal escritura cuneiforme, desarrollada por la civilización de los sumerios. Se trataba de tablillas de arcilla húmeda sobre las que se imprimían los símbolos con una herramienta puntiaguda, dejándolas luego para que se secaran. Se trataba de incisiones con forma de cuñas dispuestas en forma piramidal que formaban mensajes breves.

De allí pasamos a los primeros rollos de papiro en Egipto, alrededor del 2400 a. C. hechos a partir de la la médula de la homónima planta, sacada de las orillas del río Nilo. Tras cortarla en tiras, prensarla, pegarla y secarla, se obtenía una hoja en la que se podía escribir con un cálamo afilado. Dichas hojas se unían en rollos que alcanzaban incluso los 16 metros de largo. Se escribía por columnas en la cara interior y se enrollaban y almacenaban en tubos de madera.
Su consulta era poco práctica, se trataba de un material frágil al que el desgaste y a la humedad afectaban y que se podría fácilmente fuera de un clima cálido.
Es por ello que en torno al siglo II a. C. surge como nuevo material para la escritura el pergamino, obtenido de la piel de animales que se calcinaba, limpiaba y estiraba. Se trataba de una superficie fina, muy pulida, resistente y elástica, por lo que tal material se utilizó hasta el siglo XIV d. C.
También en la antigua Roma y en Grecia circularon tablillas de cera, hechas de pequeños bloques de madera que se recubrían con capas y capas de cera, donde se podía escribir con la punta de un punzón. Generalmente, se usaban varias, unidas en un extremo mediante hilos de cuerda o de metal.
Llegamos, en Roma, a los «códices», el primer instrumento de escrito que guardan similitud de forma con los libros actuales: resguardados por una cubierta de madera, o varias hojas de papiro o pergamino pegadas, su interior consistía en hojas de papiro escritas por ambas caras. Inclusive, con numeración de páginas e índice al inicio.
La gran revolución reside en la comodidad del formato: los códices eran de dimensiones reducidas, las páginas eran fáciles de hojear y los números de página y el índice facilitaban su consulta.
Influenciados, como en tantas otras cosas de la cultura por los griegos, la proliferación del libro en Grecia llevó a que los romanos les imitaran en el siglo I de nuestra era en eso de la producción de libros.
Al otro lado del mundo, ya en el año 105 d. C., Cai Lun inventó el papel en China. Pero se debió esperar todavía para el primer libro encuadernado con páginas de papel.
Hacia fines del siglo IV, Roma contaba con unas 28 bibliotecas, pero todas ellas eran privadas.
Entre los años 400-600 d. C. aparecen los primeros manuscritos iluminados en hojas de pergamino, escritos a mano y decorados decorados con materiales preciosos, como plata u oro, coloreados con tintes brillantes y adornados con ilustraciones detalladas. Verdaderas obras de arte en sí mismos, fueron el puente por el cual no ha llegado hasta nuestros días gran parte de la literatura de los antiguos griegos y romanos.
En el siglo VI d. C., se inventa en China un proceso de impresión con bloques de madera con caracteres esculpidos en relieve, a los que se mojaba con tinta y se imprimía en la hoja a modo de sello. Luego, en 1041 el tipógrafo Bi Sheng inventó los tipos móviles de arcilla. Posteriormente, en 1298 Wang Zhen sustituyó la arcilla por madera y mejoró la técnica de impresión.
Dicho sistema se perfeccionaría aun más por el orfebre alemán Johannes Gutenberg. El primer libro impreso de tal forma fue la denominada «Biblia de Gutenberg», el 23 de febrero de 1455 con una tirada de 180 copias de las que al presente solo se conservan unas veinte. Puede parecernos bajo el número, pero para la época se trató de una tirada impresionante, comparada con los libros transcriptos a mano.
Los libros impresos anteriores al año 1501, realizados con las primeras técnicas de impresión son llamados incunables, no superando al presente la cifra de 30000 libros.
Para fines del siglo XV, la imprenta estaba en más de 200 lugares en Europa y se habían producido unos 20 millones de libros.
En 1501 Aldo Manuzio o Aldo el Viejo, humanista e impresor italiano, fundador de la Imprenta Aldina, creó el formato que hoy diríamos "pocket" o de bolsillo, libros de formato pequeño y económico— e introdujo el tipo de letra itálica o cursiva, compacto y que ahorraba espacio.
El sistema braille fue creado en 1829 por y modificado en los años siguientes.
En 1837, el Institute for Blind Youth publicó el primer libro en braille, A brief History of France, sistema para lectura por el tacto para no videntes creado en 1829 por Louis Braille . Solo quedan de esa edición tres ejemplares en el planeta.
Se calcula que el libro más impreso en la historia en el Quijote de Cervantes, con 500 millones de copias.
En los primeros años de la década de 1970 vemos nacer los primeros libros electrónicos, concebidos inicialmente como una forma de archivo de obras, antes que un soporte para la lectura común.
Es así que a finales de 1971, Michael Hart impulsa el Proyecto Gutemberg, que buscaba la creación de una biblioteca digital totalmente gratis, que reuniera obras de dominio público de autores clásicos.
También se desarrolla iniciáticamente el audio libro. Es el escritor colombiano David Sánchez Juliao quien graba en 1975 una serie de cuentos, contribuyendo a popularizar el formato.
Para quienes son fans de los casetes, abajo les dejamos un ejemplo de audiolibro bajo ese soporte: La Grabación en casete del libro en inglés Operacion Mauricio Patrick O'Brian, el cuarto libro de la serie de novelas navales Aubrey-Maturin, leído por su tocayo Patrick Tull. Este es el primero de los diez que componen la obra:

En el año 2000 se publicó el primer libro en formato electrónico de aparición masiva: la novela «Riding the Bullet» de Stephen King. La obra, en apenas 48 horas, vendió más de medio millón de copias, al precio de dos dólares y medio la copia. Se reproduce el fenómeno ocurrido con la introducción de la imprenta: mayores tiradas a menores costos. Siete años después aparece el primer aparato para leer en dicho formato, el Kindle.
Como puede verse, las obras literarias han recorrido un largo camino y pasado por diversos formatos hasta llegar a nuestros días. Una prueba más, por si hiciera falta, de lo necesarios que resultan para nosotros, los humanos.
Pueden cambiar de aspecto, pero no de esencia. Cualquiera sea su forma de presentación, seguirán siendo lo que dijo sobre ellos Borges: «De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación.»
Tal vez en eso, se halle la clave de su perennidad.
NOTICIA Y NOVELÍSTICA DEL AUTOR DE LA NOTA:
Luis Carranza Torres nació en Córdoba. Es abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas, profesor universitario y miembro de diversos asociaciones históricas y jurídicas. Ejerce su profesión y la docencia universitaria. Ha recibido la mención especial del premio Joven Jurista de la Academia Nacional de Derecho (2001), el premio “Diez jóvenes sobresalientes del año”, por la Bolsa de Comercio de Córdoba (2004). En 2009, ganó el primer premio en el 1º concurso de literatura de aventuras “Historia de España”, en Cádiz y en 2015 Ganó la segunda II Edición del Premio Leer y Leer en el rubro novela de suspenso en Buenos Aires. En 2021 fue reconocido por su trayectoria en las letras como novelista y como autor de textos jurídicos por la Legislatura de la Provincia de Córdoba.
Su obra literaria de ficción resulta la siguiente:
1996
La azarosa vida del primer poeta argentino, contada en primera persona: amores, guerra, gobierno y traiciones.
2001
El caudillismo en la época federal, con sus paternalismos y rigores. Un fresco, social y familiar del ejercicio del poder en dichos tiempos.
2009
La historia del Batallón Córdoba en la Guerra del Paraguay, contada desde la visión de los soldados de a pie. Los "pobres, feos y huérfanos" que no han podido escapar de la guerra, que la luchan muy a su pesar. Pero eso no les impedirá convertirse en una unidad de leyenda.
Para leer más sobre esta novela: Los laureles del olvido
2013
2015
2016
2017
La familia López de Madariaga llega al Berlín en que Hitler se ha hecho con el poder. Ignacio, el nuevo embajador argentino ante el Reich, ve como en su casa se anticipa el conflicto que se cierne sobre en mundo, en la persona de su esposa e hija, dos mujeres con ideas totalmente opuestas respecto a la vida. Y, sobre todo, del nazismo.
Para leer más respecto de esta novela: Mujeres en pugna en un mundo oscuro y Un fresco literario de una familia y una época
2018
2018
El abogado más influyente del país ha desaparecido y sus sobrinas deben hacerse cargo de uno de los principales estudios jurídicos. Descubrirán allí, todos los secretos que un ausente deja tras de sí.
Para leer más respecto de esta novela: Los secretos de un ausente y Una novela de abogados y suspenso
2019
Una celta esclavizada y obligada a luchar en la arena se transforma en la gladiatrix más aclamada de Roma. Cruzará su camino y entregará sus sentimientos al hombre menos pensado: aquel joven patricio que destruyera su aldea, matara a su padre y la hiciera una cautiva de guerra. Una relación clandestina con un hombre que es en sí mismo un secreto, y que pronto conmocionará los mismos cimientos del imperio.
Para leer más respecto de esta novela: Germanicus: El corazón de la espada y Kendrya y los secretos de las gladiadoras
2021
Ella odia a Roma y ve en la piratería la forma de devolverle todo lo que le ha quitado y agraviado. Pero no puede dejar el recuerdo de ese patricio romano, que dejó partir y se halla en franco ascenso hacia la cúspide del poder imperial.
Para leer más respecto de esta novela: Germanicus. Entre Marte y Venus y Una novela de mujeres fuertes y complejas